1974

 AÑO 1974

 

       9 de Enero de 1974. (I. 56).

M    Yo pensaba en el Centro Internacional.

 

  Esta casa debe ser un sitio privilegiado de espiritualidad. La florcita, nacida en el Seno de la Iglesia, debe multiplicarse en todas las direcciones.

15 de enero de 1974. (1.56).

  ¡Jesús mío, tengo tanta pena...!

J   Hija mía, te quiero, no olvides que Yo te quiero. Así como es verdad que una florcita crece a veces entre los adoquines, también es verdad que la alegría puede florecer a través del sufrimiento. ¿ Comprendes  esto?

La fidelidad en medio de las pruebas, trae el apaciguamiento y la fuerza para soportarlas.

La meditación de los sufrimientos prueba su utilidad para las almas que hay que salvar. De ahí nace una alegría santa que nadie puede quitarte, alma pequeña. Margarita, acuérdate. Tantas cosas entre nosotros, tanto amor, tantas gracias, para que estés firme y constante en tu misión y en el esfuerzo que ella requiere. Sigue siendo mi "muy pequeña".

¿Qué importa tu sufrimiento, qué importan tus defectos? ¡Si tú Me quieres de verdad, todo desaparece en lo infinito de mi Amor por ti!.

19 de enero de 1974. (1.57).

 Mi Pensamiento ha fecundado tu pensamiento, que se ha sometido dócilmente a sus enseñanzas, para darlas al mundo. Hija mía, recibe más a menudo el Sacramento de la Penitencia. ¿Puedes acercarte al Puro de los puros, sin purificarte tú misma de tus faltas?

Un poco más tarde.

J Es hora de que cada uno vuelva a ocupar el sitio que le corresponde. El sacerdote, hombre de Dios y no del mundo. Las almas deben reconocer en él al Dios vivo y rodearle, por ésta Presencia sagrada, de respeto y de oración cariñosa. Su Creador le ha confiado la salvación de las almas, dándoles a conocer su Palabra, ayudándoles en su subida hacia el Cielo, exaltando el bien y condenando el mal. El enemigo aúlla de rabia, acumulando ruinas y miseria en todas partes. Que el sacerdote sea consciente de la importancia de su misión sobre la tierra y del poder que Yo le he dado. Que se aparte de las seducciones del mundo. Yo no estoy en el activismo moderno. Estoy en el alma humilde y orante, receptiva de mis Mandamientos, en el apostolado de los hijos de mi Santísimo Corazón. Si el mundo juzga al sacerdote sobre lo que él parece ser, Yo, le juzgaré sobre las almas que Me haya dado o sobre las que él haya perdido por su infidelidad a su DIOS.

Hija mía, respeta a los sacerdotes, pues sacerdotes son y sacerdotes seguirán siendo. No juzgues la conducta de algunos de ellos. Ámales lo bastante para salvarles, amando a tu Dios en ellos. Sé compasiva con la miseria de los unos y de los otros.

Si el sacerdote mira a su Dios y Le rinde homenaje por sus acciones, vivirá en El y con El; pero si mira como vive el mundo y si comparte sus errores, se perderá en él, y con él las almas cuya responsabilidad tiene delante de Mi.

Vivir en Mi, es salvar al mundo.

¿Quién pues, puede tenerse por bastante poderoso para cambiar la faz de la tierra? Sólo los presuntuosos tienen esta audacia.

Vuestros actos os siguen y daréis cuenta de ellos un día a Quien, hoy, con mucho amor, os avisa del peligro que os rodea y que amenaza grave- mente vuestra eternidad en el Cielo.

10 de febrero de 1974. (1.60).

J   Hijos m (os pequeños, sabed que la obediencia es la llave de oro que abre de par en par las puertas del Cielo. En vuestras iglesias, dad homenaje a vuestro Dios con vuestra decencia y vuestra piedad. Una decisión puede pareceros arbitraria, pero si respeta las reglas de la Santa Iglesia, os animo a someteros a ella. Si no es conforme a la verdadera sabiduría, no os pertenece juzgarla. No olvidéis que sólo Yo puedo cambiar la faz de la tierra. Yo conduzco esta Obra y mi sello es vuestra obediencia a los Superiores. Honrad el carácter sagrado del sacerdocio, respetando más a vuestros sacerdotes. Si algunos de ellos han perdido este derecho por su conducta indigna, no por eso deja de ser verdad que su sacerdocio sigue siendo válido y digno de respeto por todos. Miradme en mis hijos sacerdotes, y sabed reconocer la nobleza de su misión. La gracia abunda por la fidelidad del sacerdote a las enseñanzas de su Maestro y por la receptividad de las almas pequeñas al acogerlas.

Este tiempo es un tiempo de miseria, un alumbramiento doloroso para la Santa Iglesia. La Legión de almas pequeñas de mi Corazón Misericordioso adelantará la liberación, pero no atenuará los sufrimientos salvadores. Yo pido a todos, el respeto de los lugares santos, la veneración de mi Santo Nombre, la caridad fraternal entre vosotros, el culto del Corazón Inmaculado de mi Santa Madre, la fe en mi Amor y la esperanza en mi socorro. Quien confía en Mí, no será nunca defraudado. Acudid a vuestro Dios, todos los que sufrís. El será vuestro con- suelo y vuestra fuerza en la lucha por la Vida.

16 de febrero de 1974. (1.61).

  No viváis como extraños, sino como hermanos. Sed buenos los unos para con los otros. Amaos en mi Amor. Que el dolor de vuestro prójimo sea vuestro dolor, que su alegría sea vuestra alegría. Llorad con él y alegraos con él. Ayudaos mutuamente. Sabed adivinar el sufrimiento, para aliviarlo.

Estad unidos, hijos míos pequeños.

21 de febrero de 1974. (1.62).

 Si el amor no está vivificado por una voluntad firme y constante, será siempre un amor pobre y dependiente. Sí, dependiente del fervor que no se concede siempre. Si el alma espera este fervor para amar de veras, su amor muy superficial y muy imperfecto permanecerá a la merced de circunstancias adversas y obstaculizará siempre su progreso.

Un poco más tarde.

  Yo te llamé y tú rechazabas mis llamadas. He insistido con amor. Yo te daba mi ternura, pero tú permanecías sorda a mis proposiciones, aunque tu corazón te empujase a rendirte. Y por fin, un día, vencida por la gracia, dejaste de resistir a tu Dios. Y fue la preparación a tu misión de amor: gracias, suavidades, dulzuras que tú no comprendías siempre, pero que saboreabas con avidez, y finalmente, purificación de todo tu ser. He                 experimentado tu fidelidad, probando a veces dolorosamente tu cuerpo y tu alma, y la razón de Mi llamada se reveló a tus ojos.

En , cuántas aspiraciones profundas, cuántos deseos santos. Yo hablaba en tu corazón, entorpecido por las escorias y tú Me suplicabas que podase, que podase, aún más. Cuántas luchas también, pobre hijita, y mi Mano se hacía más dulce para socorrerte. Tú te has dilatado en el Amor, pero el sufrimiento redentor no te ha sido escatimado. En mi Escuela, has aprendido a amar, a sufrir, a ofrecer, a superarte, aunque Yo te he dejado tu debilidad. Así comprendes mejor el sufrimiento de los demás, porque tú estás más cerca de ellos, de los que luchan como tú, adivinando que detrás de estas miserias un Dios espera para perdonar y amar. Y por ti, Yo consuelo e invito a las almas a más intimidad conmigo, a través de un mayor conocimiento y confianza en mi Bondad.

de marzo de 1974. (1.64).

Adoración en el Centro.

  Tú eres como un pequeño injerto de mi divino Corazón.

de marzo de 1974. (1.64).

 Las almas pequeñas deben trabajar en profundidad en la intimidad de su alma para merecer el nombre de alma pequeña, que muy a menudo sólo poseen superficialmente. Sed fieles a vuestro Dios, sed fieles a su Mandamientos. ¡Ay de aquel que conteste el Santo Evangelio! Ahí está la Verdad. Las responsabilidades son terribles. Atenuad su gravedad por vuestro celo en pro- pagar mi Palabra sacada del Evangelio y recordada en el Mensaje del Amor Misericordioso. Proclamad bien fuerte vuestra fe y vuestro amor, sobre todo, si en vuestra presencia, ponen en duda las Verdades eternas. Insensato aquel que conociendo la ley de Dios, se calla y su silencio es interpretado como una aprobación, por aquellos que violan, al parecer impunemente, esta ley. Vendrá el Oía del Señor, y cada uno recibirá según sus obras. La vida eterna a los buenos; pero en cuanto a los cobardes y a los perjuros a su juramento de fidelidad a Cristo, cuando la Misericordia infinita haya intentado todo en vano para volver a traerlos al redil, la ira divina estallará y caerá sobre ellos con todo el poder de su Justicia inmanente. Rezad, ovejas mías, pues la copa de amargura rebosa y el Amor no puede abrirse camino en este barro del pecado que constituye el mundo enloquecido.

17 de marzo de 1974. (1.65).

  Busco un santo, un alma de fuego, para propagar este fuego hasta los confines de la tierra. No un santo en la superficie, sino un santo en profundidad, cuya mansedumbre, renuncia y humildad, sean reglas de vida. Un alma ardiente y   generosa, que electrice las muchedumbres por su fe y su amor.

24 de marzo de 1974. (1.66).

  ¿Qué pide el Amor, dime: qué pide el Amor? ¿El renunciamiento y el sacrificio?

Sí, el renunciamiento a sus comodidades, la superación de su yo, el desprendimiento de lo creado. No os asustéis por lo que os pide el Amor. Según el grado de vuestro amor, dadle lo que podáis darle, y no guardéis para vosotros lo que os enseño en particular. El Amor debe irradiar intensamente. .Sin amor no hay irradiación y sin irradiación, no puede haber amor.

Sed pacientes y misericordiosos los unos para con los otros. No pidáis más de lo que Yo quiero daros. Que la más exquisita caridad rija todas vuestras acciones, por mínimas que sean. Acoged a los que lloran con cariño, curad las llagas de esta pobre humanidad. No permanezcáis insensibles frente al sufrimiento. Soy Yo quien llama y quien implora en el que sufre. ¡ Es tan sencillo abandonarse entre mis Brazos! ¡Los santos han practicado este abandono con tanta abnegación!. ¿Queréis, con mi gracia y por mi amor, intentar imitarles? Es la vía regia, la puerta pequeña que hay que franquear para entrar en el Reino de los Cielos. Hoy, mi Voz se hace más apremiante en vuestro corazón. Sed pequeñuelos para acogerla y poner en práctica sus enseñanzas. El temor reprime el amor e impide que difunda toda su claridad. Sed hijos de luz, hablad en Mi Nombre. No tengáis miedo, Yo estoy y                    permanezco con vosotros.

de abril de 1974. (1.66).

Misa en el Centro.

 Aquel que Me rinde homenaje con su fe y su amor, éste, es digno de ser llamado hijo de Dios. Lo que es del mundo, no es de Dios. Para complacerme, no temáis desagradar al mundo, si no él ahogará vuestros buenos sentimientos bajo su materialismo. Quien viene de Dios, permanece en Dios.

7 de abril de 1974. (1.68).

J    La voz de la mansedumbre, del Amor y de la Misericordia se hace oír por el Jefe Supremo de la Santa Iglesia. En el Mensaje del Amor Misericordioso a las almas pequeñas, Yo os invito a venir a M í, a convertiros, a hacer penitencia por    vuestros pecados, a renovaros en el Santo Amor. No sirve de nada, pues las ovejas infieles del rebaño prosiguen sus estragos en medio de él. Ha llegado  hora para los pastores, de tomar valientemente el bisturí en mano, para extirpar el mal que padece la Iglesia y que amenaza contaminar el con- junto de los fieles, inconscientes del peligro que corren, pues todo lo que se les presenta es de una sutileza diabólica. Una enfermedad tenaz y rebelde a todos los tratamientos tiene que pasar a menudo por las manos del cirujano para ser vencida. La cauterización es dolorosa, pero extremadamente necesaria en los tiempos actuales. Creen saberlo todo y no saben nada, creen comprenderlo todo y no comprenden nada. Se niega a los valientes el derecho de levantarse contra las ignominias de este mundo perverso. Todo lo tocante a los derechos sagrados de la vida y a las Verdades de siempre, debe llegar a ser para cada uno de vosotros, un problema de conciencia y hay que denunciarlo a plena luz, sin miedo.

Solo el pecado debe asustaros. Lucháis por vuestro Dios, bajo su protección y es vuestro deber. Sed los dulces revolucionarios del Amor. Pronto, si no ponéis remedio, la extensión del mal sobre la tierra será tal que muchos no soportarán el sufrimiento de un retorno a Dios porque estarán gangrenados hasta la médula de los huesos por el pecado de servidumbre.

12 de abril de 1974. (l. 70).

J He aquí que viene el tiempo de la prueba, he aquí el tiempo de la Justicia, ya no la puedo contener. He aquí que viene el tiempo de la tribulación.

Ahí donde fracasa el Amor, ¿triunfará mi Justicia, trayéndome de nuevo a los extraviados? Muchos Me han dejado solo en las iglesias en ese día doloroso del Jueves Santo, cuando Yo necesitaba tanto estar rodeado de ternura y de amor agradecido. Como mis discípulos, se han dormido y no han podido velar una hora conmigo. Han preferido sus comodidades a Mi compañía y, tristemente, Yo les he esperado en vano. Mi consuelo fueron mis pequeños, los humildes, los hijos mansos y fieles de mi Amor. Estos me han rendido homenaje por su presencia y su recuerdo orante. El Amor en Cruz, gime: "¿Dónde están esas almas, esos hijos queridos que Yo he venido a salvar? ¿Por qué no están aquí, alrededor mío?". Hay demasiados ausentes. ¿Mis fieles? Sí, están aquí, pero no hacen más que calmar el sufrimiento de un Dios agonizando por amor. ¿Dónde están los demás? La Mirada del Amor los persigue en las tinieblas de la indiferencia, del vicio y de la corrupción donde se han refugiado, huyendo de la salvación que Yo les traigo en mi deseo                      punzante y lacerante de salvarlos a todos.

16 de abril de 1974. (1.71).

J Has comprendido, hija mía, que si las catástrofes que ocurren aquí y allá son unos avisos, no bastan para convertir al mundo. Es ciego y sordo, sólo ve y oye lo que quiere ver y oír. Todo es seducción para él, y ante lo que le recuerda su deber hacia Mí, cierra su corazón y se incapacita para recibir la luz. Por eso serán heridos en el corazón, donde está la sede de todas las pasiones. Lo que debe ser el Trono del Amor tiene que ser purificado. El sufrimiento reparador hará maravillas de gracia en las almas, pero, en este momento, están                      demasiado impregnadas de sí mismas para ser sensibles a la miseria de los demás. Es del interior de donde viene el mal; es del interior de donde debe venir la' conversión. Y, porque serán heridos en la fuente, de ah í vendrá la renovación, y mi Reino se establecerá sobre toda la tierra.

21 de abril de 1974. (1.72).

 Paray-Le-Monial, os llevaréis el emblema de la Legión. Lo consagraréis a mi Sagrado Corazón y al Corazón Inmaculado de María. Lo presentaréis luego a la veneración de los fieles. Con este estandarte marcado con el signo de la Misericordia Infinita, lucharéis y Yo os llevaré a la victoria. Vuestras armas serán el Amor. Amor difusivo y santificante. Sin amor no hay salvación. Convertid vuestros corazones a la gracia. Firmemente, pero con calma y ponderación, como hijos de Dios y bajo su protección, rechazaréis al enemigo hasta los abismos. La Legión de las Almas Pequeñas puede compararse a los primeros testigos de Cristo.

Mi Corazón, tan poco y tan mal amado, triunfará. S de mayo de 1974. (1.73).

  Yo soy la Roca sobre la cual vienen a romperse

los dardos encendidos del enemigo. Agarraos a Mí, para que no os arrastren las olas furiosas que se rompen sobre el mundo.

20 de mayo de 1974. (1.73).

  La duda destruye la fe y paraliza toda acción virtuosa. Yo he dicho: "Esta casa debe ser un lugar destacado de espiritualidad". Que éste sea vuestro único objetivo y preocupación. ¿Dónde si no, estarían vuestros méritos, si no os esforzarais de vuestra parte? "Almas pequeñas" os invito a la difícil subida hacia la perfección y ¡tenéis todavía tanto que aprender en la escuela del Amor!. ¿Por qué os turbáis? Estoy en medio de vosotros y a veces parecéis olvidarlo.

de junio de 1974. (1.75).

 Es la desobediencia a las leyes fundamentales de la Santa Iglesia la que produce el relajamiento cierto de la devoción entre los fieles.

16 de junio de 1974. (1.75).

  Diles que quiero ver reinar entre ellos el Espíritu de sabiduría, de luz y de amor.

Es penoso para vuestro Dios comprobar en algunos un espíritu de crítica y de ahí, una falta de caridad.

¿Ves esta alma? Hace mucho para darme más gloria.

¡Cuánto más perfecto y más benéfico sería para todos, si su desvelo no fuera manchado por un secreto orgullo!

y en cuanto a esta otra que me es tan querida y cuyo silencio es sinónimo de perfección a pesar de su miseria humana, su amor se traduce por una abundancia de gracias desde mi Corazón al suyo, al servicio de sus hermanos.

Otra da a manos llenas, al parecer, pero, ¡ay! el espíritu de propiedad se desliza en su apostolado. Ve también estas almas pequeñas tan sencillas, cuya devoción a mi Corazón y al Corazón Inmaculado de María se expresa por un amor difusivo intenso para la propagación de mi Reino en esta tierra. Niña, encontrarás más fácilmente a tu Dios si aprendes de nuevo a escuchar el canto de los pájaros, a oír el murmullo de la fuente que fluye, a descubrir la naturaleza en su belleza y en su majestad.

Ahí, Yo hablo al corazón de los hombres, en el c, silencio y la unción de mi amor.

de julio de 1974. (1.77).

En misa:

J    Por más que Me busques, no Me encontrarás, pero, si te dejas buscar por Mí, Yo te encontraré y tú Me encontrarás. Pero esto no debe impedirte buscarme a pesar de todo.

J ¿Pueden impedir a Dios darse al mundo, incluso si éste no lo acepta más que a      regañadientes?

23 de julio de 1974. (1.77).

   En conciencia, ¿sois como unos pájaros en Mano?

¿Pensáis bastante en los que tienen hambre?

¿Tenéis bastante confianza en Mí?

¿Por qué estáis tan afanosos en la búsqueda de lo temporal, de lo superfluo, de vuestras comodidades?

¿Vuestro abandono es bastante concreto en su aplicación?

Buscad mi Reino ante todo; lo demás no os faltará. No os corresponde ser o no ser. No os anticipéis a mi socorro con vuestro afán en buscarlo. Viene siempre a su hora. Atesorad para el Cielo; los bienes de este mundo privan al alma del único verdadero Bien que debe ser su sustancia.

 

de agosto de 1974. (1.78).

J Para ti, es el principio de tu verdadera misión. En el cielo, este principio permanecerá eterna- mente y tu darás a las almas la eternidad por mi Paz y mi Amor.

de agosto de 1974. (1.78).

J El amor no se detiene ante la debilidad de las almas sino más bien, ante su comportamiento para con el.

de agosto de 1974. (1.78).

de la mañana. Abro los ojos, y mi corazón se lanza hacia Dios.M ¡Dios mío, Dios mío, Te amo!.

Qué importa si es en la alegría en el sufrimiento, s; es en la aridez en el fervor, si es en la abundancia en la penuria. Lo importante es que yo Te ame con toda mi voluntad, que yo me sostenga por tu gracia, que el sentido de los demás anime siempre mi alma. Oh Dios mío, que yo no Te disguste en nada.

Aleja de mí lo que no es Tú. Guarda a tu hija en tu Paz, tu Alegría, tu Amor y en la fidelidad a tu Gracia. Hazme comprender, Señor mío, que no tengo derecho a ser infeliz para mí sola, que el egocentrismo perjudica el progreso del alma. Que el amor que me tienes y el cariño que me dan, pasen de mi corazón al corazón de los de- más, de tus almas pequeñas presentes y futuras, y que yo no retenga ninguna reprobación, ninguna contradicción. Que mi corazón y mi espíritu se abran cada vez más a las miserias de este mundo, al Amor que los apremia a darse siempre más.

Tú sabes, Dios mío, que muy frecuentemente tu pobre hija está pisoteada en el lagar. Es horroroso y es sublime, pues mi debilidad está entonces arrastrada por el torrente de tu Amor, no siempre perceptible a la naturaleza humana que gime, pero muy real sin embargo, puesto que el sufrimiento, en lugar de alejarme de Ti, me acerca más a , ¡oh Dios mío!.

El mismo día después de la misa en el Centro.

¡Cuan penoso es tener que comer y beber cuando el corazón sólo tiende al alimento celeste!. La naturaleza exige, pero el espíritu grita hacia el Padre, y debe sin embargo inclinarse delante del cuerpo, pero, ¡qué penoso es!. ¡Cómo pensar en alimentarse cuando sólo se tiene hambre de DlOS.

de agosto de 1974. (1.80).

J Torna mi Mano, cierra los ojos, déjate conducir. Ensancharé tu amor en la medida de las dimensiones del mundo.

10 de agosto de 1974. (1.81).

J Antes de saber mandar, hay que saber obedecer. y Yo, el Dios de Amor, me he sometido a mis criaturas antes de elevarme a la Gloria. Mi camino es el vuestro.

12 de agosto de 1974. (1.81).

J  El Centro de las A. P. irradiará, no por el espíritu de propiedad y la abundancia de los bienes de la tierra, sino por la modestia, la caridad, y la riqueza espiritual de sus habitantes. Será el pequeño cenáculo del Amor. Las almas de los que residan allí, se mostrarán como los verdaderos discípulos de mi Corazón. En la tranquilidad, el recogimiento (evitad cuidadosamente toda disipación del espíritu) y la ausencia de toda maledicencia, rencor, sectarismo, real izarán aquello para lo cual han sido llamadas a este lugar. Se proscribirán los excesos de la mesa, que son un ultraje a la miseria de los pueblos hambrientos. Las horas dedicadas a la oración serán más hondamente espirituales. La caridad, don de la Gracia, irradiará en todos y cada uno. Que la ostentación del bienestar no sea un tema de escándalo para los pequeños. Que el espíritu de pobreza reine entre ellos. Lo necesario no quiere decir exceso. Que la vana gloria, que mora en algunos, deje sitio al único deseo de santidad, cumpliendo mi Voluntad. Que las almas se dilaten en la alegría y la confianza de las unas para con las otras.

     El espíritu de dominación debe ser eliminado en cada uno. El maestro será el servidor de todos. Tendrá la preocupación constante de crear un clima de fervor, de humildad y de amor entre los que le están confiados.

    Que nadie se crea superior a los demás.

    El responsable cuidará de que todo se desarrolle en el orden y el recogimiento.   No recurrirá a su autoridad más que con moderación y comprensión y no se fiará jamás de sus propias luces.

     La disensión, la desconfianza, el orgullo dejarán sitio a la paz, a la alegría y al  amor.

     Los frutos del Amor son la paz y la caridad. Que se alejen los que se oponen a  este programa. El Amor s()lo reina por la caridad. Que cada uno se interrogue acerca de este punto y procure cuidadosamente no herir a su hermano. Los pequeños se conforman con poco.

Del Centro saldrán las normas directivas, las sugestiones y la regla que tendrán que observar todos aquellos que se incorporen al movimiento de las Almas Pequeñas.

Que las palabras salgan de la abundancia del corazón y que cada acto realizado lleve el sello de mi Espíritu. Yo me complazco en el alma del pobre, pero Me alejo del soberbio y de los perseguidores.

Permito el sufrimiento para la santificación de las almas pero no apruebo a quien lo inflige; mansedumbre y humildad son las reglas fundamentales para todos.

Yo te encargo, hija mía, hacer respetar mi Voluntad y oponerte a todo lo que podría contrarrestarla.

La fundación de la Legión Espiritual de las Almas Pequeñas es tu misión. Con el total acuerdo de tu Obispo, avanza sin reparar en los obstáculos.

25 de agosto de 1974. (1.84).

Al despertar:

J Ten confianza en mi; nuestros dos Corazones reunidos triunfarán de todas las bajezas de este siglo infernal.

J Sí, abandónate, pequeña niña, tu cuerpo y tu alma Me pertenecen, no temas. Mi Pobrecillo de Asís no tenía otra armadura que su fe ni otra arma que su amor. Ves lo que Yo hice con él. Mi fuerza ha abrazado tu debilidad. El Espíritu sopla, la gracia pasa. Ojala puedan reaccionar todos favorable y generosamente a su acción en el alma. Mis designios no son siempre comprendidos por los hombres, pero tú, hija m ía muy amada, a quien Yo he dado el discernir lo que es bueno o menos bueno, camina en los senderos que Yo trazo delante de ti, y arrástralos en pos de ti.

M Señor, mi alma está angustiada. ¡Tantas cosas me hacen daño y soporto tan difícilmente la coacción y la injusticia!. Los insultos hacen sufrir a mi sensibilidad.

No me quejo de mis sufrimientos, pero ¿no puedo abrir mi pobre corazón herido, a Ti que me quieres? ¿Decirte que yo sufro? Ya lo sabes. ¿Pedirte consuelo? No lo puedo, ni lo quiero. Si yo soporto tan mal el sufrimiento, aunque en perfecta conformidad con Tu Voluntad, ¿no es porque estoy todavía muy lejos de lo que Tú esperas de mi? Ni siquiera puedo decir que no deseo sufrir, y en este aspecto, ya no me reconozco. Extraña contradicción en mi corazón: el agotamiento de mi humanidad frente al sufrimiento; fuerza, paz y alegría en su aceptación y en la certeza de que ahí está el verdadero camino, la vía regia que conduce a la felicidad eterna.

J Tus cruces, ofrecidas con amor y sumisión, son el atributo de mi Santidad en las almas que hay que salvar. Tú no creces, soy Yo quien te hace crecer, porque te quiero y te encuentro receptiva. Sin embargo, cuida de tus primeras reacciones: son unas imperfecciones que por mi Gracia, debes vencer a fuerza de amor. Bueno es que recuerdes que Yo te he marcado con mi sello.

Yo te libraré de tus inquietudes y te protegeré contra los que te desean mal. Tu vida está al servicio de tu Dios que ha satisfecho tus aspiraciones. Practica la caridad, que tu confianza en Mí no sea debilitada por las contradicciones y las incomprensiones. Es en medio de la prueba donde Yo reconozco a mis verdaderos amigos. Ten paz, puesto que Yo estoy contigo.

Hoy la Legión está en un momento decisivo y va a tomar un nuevo auge por la fuerza conjugada de nuestros Sagrados Corazones, a quienes ha sido consagrada.

25 de agosto de 1974. (1.91). En este día memorable para la Legión que va a ser consagrada al Sagrado Corazón de Jesús al Corazón Inmaculado de María, he pedido a Jesús un esbozo de programa para el Centro.

Inspiración:

El Centro de las A. P. llegará a ser el sitio privilegiado de espiritualidad pedido por Jesús y prometido por El. No puede tratarse de grandes cambios en esta casa. Permanecerá lo que es, excepto en algunas modificaciones necesarias. Será el secretariado central de la Obra. Proponemos al menos dos guías espirituales, más, si es posible,' estarán encargados de aconsejar a los Jefes de grupos, religiosos seglares, en el camino de la santidad por la práctica de la pequeñez y la invitación urgente a la penitencia ya la oración. Estos jefes de grupo llevarán estas enseñanzas a sus grupos respectivos. En cada provincia se organizarán retiras espirituales para las A. P. Se evitará cuidadosamente la ostentación de la opulencia. Habrá un sala espíritu: Espíritu de verdad y de amar. Se rechazará el espíritu de dominio en este lugar. Sólo irradiarán allí la paz, la alegría y el amar. Las jefes de grupo procurarán hacer unas visitas, par breves que sean, a Chevremont donde encontrarán directrices y sugerencias precisas acerca de cómo conducir a sus A. P.

El Centra no puede ser un asunto material can toda la que esta conlleva de servidumbre. El Padre espiritual dará a las almas ejemplo de santidad par su humildad y su prestigia. Se someterá enteramente a las Superiores religiosas y especialmente a su Obispo.

      Las seglares que moren en este lugar, serán también modelas de generosidad y de amar fraterno. Se ocuparán de las problemas referentes a la difusión del Mensaje y de las medias que hay que utilizar a este efecto. Procurarán devolver a esta santa calina toda su gloria, colaborando can las Padres Carmelitas para la organización de peregrinaciones a Nuestra Señora can el fin de asociarla a la gloria de su Divina Hija. El Centra no será jamás un tema de división, sino más bien un punta crucial de renovación espiritual. Y de ahí saldrá la propagación del retorna a la oración y a la santidad, can la observancia de la ley de Dios par todas las A. P.

Las miembros del Conseja juzgarán can sabiduría sobre la oportunidad de este  programa y sobre las medias necesarias para realizarlo.

       Esto por ahora.

            Meditación sobre la separación.

            Separación del cuerpo y del alma...

Separación corporal de dos seres que se quieren...

Separación por deber...

Separación por amor...

Separación de nuestras tendencias buenas y malas...

Separación de nuestro yo, ¡cuan dolorosa ésta

 Separación de lo creado y de lo increado...

En resumen, sólo hay una cosa de la cual no se puede uno separar sin peligro para la vida del alma: de la unión con Dios, de los valores morales, del sentido del bien, de la fe, de la esperanza y de la caridad.

Sólo Dios es inmutable.

de septiembre de 1974. (1.87).

J Yo os mostraré otras pruebas de mi Poder. Os enseñaré también el respeto con que rodeo la palabra: obediencia. En la justicia y la equidad hablo a los hombres, y Yo, el Todopoderoso Me inclino ante las decisiones de mis Representantes en la tierra. Creed sin embargo que lo que Yo he decretado se cumplirá. Desvían mis caminos, discuten mis peticiones, pero la meta perseguida es la misma. Las almas tienen hambre y sed de justicia y de amor. Comerán y beberán. He producido un incendio de amor. Si los hombres no le obstaculizan con su obstinación en apagarlo, Yo propagaré este fuego del Cielo, y abrasará el Universo. El corazón del hombre es versátil y pasa a menudo de un estado a otro, pero su alma permanece ávida de infinito. Sólo Yo puedo colmar su deseo. Que mis amigos verdaderos no duden de mi Palabra y que esperen su cumplimiento.

  de septiembre de 1974. (1.88).

 de la mañana.

J  Antaño, la fe de vuestros antepasados, a través

    de la firmeza sacada de las Fuentes del Evangelio, tenía un algo de infantil que   encantaba al Corazón de vuestro Dios. Hoy, en muchos de mis hijos, esta fe se ha tornado en una fe razonadora, fría y poco condescendiente. Las almas no se abren fácilmente a la gracia, a la unción del Amor. Cumplen con su deber de cristianos, pero frecuentemente el fervor está ausente de los corazones. El temor de Dios no excusa la dureza. Muchos insultos alcanzan a mi divino Corazón antes de alcanzar a aquellos a quienes van destinados.

    Yo soy el Amor y el Perdón.

    Quien juzga a su hermano, será juzgado, él mismo, sobre el juicio que él habrá  emitido sobre el otro. Ve la paja en el ojo de su vecino, no ve la viga en el suyo. Quien aflige a su prójimo, aflige a su Dios. Quien pretende amarme se justificará delante de M í con más amor y más misericordia en todas las circunstancias de la vida. La sabiduría se da a los pequeñuelos. Se mantiene lejos de los seres presuntuosos. Crímenes de lesa-Majestad se cometen en cada momento. Quien es hoy mi amigo, mañana se convertirá en enemigo. ¿Comprenderán alguna vez la fuerza de mi Amor para con ellos, mi compasión por su debilidad, mi deseo de verlos andar en pos de Mí?

    Juan, mi discípulo predilecto, es para todos un ejemplo de ternura no empañada  por el respeto humano.

Seamos ricos solamente de deseos santos V para ponerlos en práctica no contemos jamás con nuestras pobres fuerzas, sino con el socorro                            permanente de Dios por la luz del Espíritu Santo.

de septiembre de 1974. (1.90).

de la mañana.

Oh Dios mío, quisiera tanto amarte como Tú lo mereces, pero ¡ay! no soy más   que un pobrecito embrión de amor que vive y respira solamente a través de Ti.

… … …

J Asocio los países mártires a mi Alianza con el pueblo belga. Recibo de los ricos, doy a los pobres. La fertilidad nace de la siembra bien hecha. "

    De la misma manera, la vida en las almas va creciendo en una renovación profunda sacada de las Fuentes. Invito a todos los países del mundo a unirse a esta Alianza y a formar juntos la Unidad de los corazones en un mismo espíritu. Os invito a todos a ser 'dones del Amor al Amor.

3 de octubre de 1974. (1.94).

En la comunión:

 

  Sé el paladar que Me saborea. Sé el cuerpo que Me acoge.  Sé el pensamiento que Me expresa.  Sé el corazón que Me ama y que Me da.

de octubre de 1974. (1.95). ir

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    Quejumbrosamente y de manera casi continua durante la santa misa:

J  Tengo sed Tengo sed.

de octubre de 1974. (1.95).

J Tengo sed, refréscame con tu amor. 8 de octubre de 1974. (1.95).

Esta mañana, al abrir los ojos.

EI Amor canta en mi alma.

El  Amor rompe mi cuerpo, lo destroza y lo regenera.

Esta noche también he adorado al Señor.

El frío helaba mi cuerpo. En seguida después, me ha invadido un profundo recogimiento.

… … …

Me gustar(a hacer hoy un sacrificio por amor, ¿cuál?

… … …

Me siento muy débil, sin ninguna fuerza. Esta misión me aplasta. Dios será mi fuerza.

de octubre de 1974. (1.95).

Si los hombres fueran tan sabios en sus acciones como parecen serio a veces en  sus palabras, el mundo no estaría actualmente al borde del abismo.

El temor disminuye la piedad. Amar a su Dios y vivirlo en este mundo paganizado le suena a éste a herejía y provoca su condenación. ¡ La cobardía arregla tantas cosas! Es fácil cerrar los ojos para no ver. No es tan fácil acallar la Voz que se levanta en el fondo de las conciencias, para reprochar los crímenes cometidos contra la Divinidad increada, contra el Amor infinito, contra el Espíritu en Quien se aman el Padre y el Hijo.

22 de octubre de 1974. (1.96).

Esta mañana al abrir los ojos.

J Tu vida, hija mía, es prisionera de tu amor a las almas que hay que salvar.

28 de octubre de 1974. (1.96).

J Hay que ser A. P. no en palabras sino en actos y en verdad. Hijos míos, sed pacientes y misericordiosos. Sed confiados y serenos. La confianza consigue todo de Mí.

La Esperanza es un don del Cielo. La caridad es la esencia del Amor.

El mal del siglo consiste en no creer ya en el Amor, en desnaturalizarlo en su pureza por la concepción personal que se hacen de su origen en las almas elegidas por Él. Sólo los corazones puros lo descubren en su esplendor radiante a través de aquellos que El marcó con su sello. Hijita mía, comprende' bien que mi Amor es locura, que tu Dios es la vida de tu alma por su Amor difusivo en ella. Continuamente en movimiento, El anima, El hiere, El eleva, El apacigua, El hace sonreír y hace llorar a Su pequeñuela. Su juego preferido consiste en hacerte consciente de Su plenitud en ti, de Su Ternura exclusiva. Yo Me dejo captar a veces con certeza descubriéndote mi Presencia en tal o cual alma. Dime, ¿piensas bastantes veces en la Redención? Eres tan débil, tan tímida, ¿por qué? Puesto que Yo te quiero. Esta obra es y debe ser Obra de Iglesia. No temas nada, Yo soy tu Fuerza y también tu debilidad.  Tu fuerza para vencer, tu debilidad para amar.

A tu lado, he colocado a un ángel para protegerte.

6 de noviembre de 1974. (1.98).

J Yo soy el Incomparable, el Insondable, el Todopoderoso. Es temerario quien se atreve a levantarse contra M í y tiene así en jaque mi designio de amor sobre los hombres. Las obras de división son obras de muerte para los que son culpables de ellas. El disturbio y la confusión vienen del enemigo. El bien no se injerta sobre una mala acción basada en un espíritu de propiedad, de sectarismo y de amargura.

A mis ojos sólo valen la humildad, la pequeñez, la confianza en el Amor absoluto.

La caridad las difunde plenamente en la pura luz del Amor divino.

27 de noviembre de 1974. (l. 100).

J Hijos míos, os bendigo, confiad en Mí.

28 de noviembre de 1974. (1.100).

J Huir de las tentaciones no es una solución; vencerlas por amor, esto es la solución.

Huir delante del enemigo es un paliativo. Hacerle frente con el arma del Amor  como escudo, ésto es aniquilar su poder maléfico sobre sus víctimas.

  No hay más que un medio para llegar al Amor, es amar.

de diciembre de 1974. '(l. 100).

 La propagación de la Obra, intensificándose hasta los confines de la tierra, superará con mucho vuestras previsiones. Es el rocío de la mañana sobre una tierra inculta asolada por el orgullo y la violencia. Requiere de todos una gran disponibilidad de alma y de espíritu, un abandono total a Mi Voluntad.

Yo la manifiesto por mi mensajera. En este momento, mi Corazón está ulcerado por la matanza de unos inocentes, víctimas de una sociedad impía cuyo primer deber es proteger la vida, sagrada desde su concepción, y que comete el más horrible crimen, desafiando, al parecer impunemente, la ira de su Dios.

Estas almas de niños sacrificados claman venganza al Cielo. La apatía de muchos cristianos frente a estos horrores que no tienen nombre es para Mí una segunda agonía.

Detrás de estas fachadas de hombres honrados se esconde la gangrena de almas podridas por la perversión. Pero, más allá de estas apariencias, el trabajo de la gracia se realiza en las almas fieles y les invita al buen combate.

El A. P. comprende que sólo Yo puedo salvar al mundo. Yo soy la Resurrección y la Vida y mi socorro lo adquieren las almas de buena voluntad. Que mi Justicia sea apaciguada por el amor de mis almas pequeñas.

Rezad mucho, pues la medida está colmada.

Tú, hija mía, que Yo he marcado con mi huella: cumple tu misión con amor y firmeza.

… … …

Después de la comunión.

 Tu misión consiste en ver las cosas tales como son y en remediarlas con tu amor. Permíteme que Me quede contigo. No me dejes solo.

Irradia mi Amor hasta el fin de la tierra.

15 de Diciembre de 1974. (l. 102).

 En el seno virginal de mi Madre espero el momento de aparecer. El Niño Chiquitín viene una vez más a traeros el más hermoso mensaje de todos los tiempos: "Paz a las almas de buena voluntad". Pero ¿sois todavía capaces de                      comprenderlo, cuando un gran número de almas no vacilan en matar en ellas al fruto del amor, a la vida de la vida? ¿Sois todavía capaces de apreciar la humildad, la pequeñez y la debilidad del Niñito que va a nacer para salvaros y que, aunque Rey de Reyes, trae consigo la debilidad y la fuerza de su Amor por vosotros y las cualidades de los pequeñuelos, que El os invita a practicar?

Oh Señor Jesús, ojala podamos comprender la profundidad de la enseñanza que Tú nos das con estas dos palabritas: debilidad y fuerza de tu Amor. Tú que eres Amor, eres además tan débil frente a tus pobres criaturas que no puedes resistir al atractivo que ejercen ellas sobre tu Corazón tan cariñoso, y tu fuerza está en el poder de este amor que Tú nos suplicas que aceptemos, y en el atractivo que ejercen las virtudes de los niños pequeños sobre los corazones sensibles a su belleza.

J ¡Ay! Hija mira, los pequeños son muy a menudo víctimas actualmente del envilecimiento moral de aquellos que deberían darles ejemplo de inocencia, de piedad, de humildad, y que escandalizan a esos niños por 'su conducta infame. y Yo vengo de nuevo porque sigo siendo Aquel que es y que ama.

¿Crees si no, que Yo podría todavía sonreír en ésta noche en que tan pocos tomarán conciencia de la luz y tantos rehusarán recibir la Vida del mundo e incluso cometerán los peores sacrilegios?.

¡Cuántos inocentes serán sacrificados, incluso en esta noche de paz y de amor!. Y yo, el Hombre Dios, sentiré más aún mi pobreza, recibiendo, en lugar del oro, del incienso y de la mirra, los desprecios, las indiferencias y los salivazos, la crueldad de los corazones cerrados a la gracia que llama a su puerta: Mis Bracitos extendidos se harán más suplicantes, mis ojos llenos de lágrimas buscarán en la noche, las almas fieles y los corazones cariñosos.

Sí, Yo soy el Rey de Amor, pero estoy hambriento y no encuentro la sustancia para calmar mi hambre. Amada mía, acepta entregarte en cuerpo y alma al Amor. Tengo hambre y sed. Ámame.

16dediciembrede1974. (1.105).

J El corazón necesita una esperanza. Yo os la traigo. El corazón necesita una razón para vivir. Os doy mi paz y mi amor. Yo soy el Amor y también la contradicción. Solamente poseeréis el Amor aceptando la contradicción. La contradicción supone muchas luchas interiores dolorosas. El Amor está a este precio. ¿Cómo poseer un tesoro sin ganarlo? La conversión de los corazones exige unos esfuerzos, aliviados desde luego por la gracia, pero que suponen un abandono total a ésta gracia y una fidelidad creciente a su acción...

22 de diciembre de 1974. (l. 106).

J   Tú preparas mi camino.

J    Gracias a tu disponibilidad a la acción del Amor

en tu alma, tu preparas la venida de mi Reino aquí abajo, recordando al mundo las Verdades evangélicas contenidas en el "Mensaje del Amor".

25 de diciembre de 1974. (1.106).

J Más que la adoración de los pastores y de los Reyes magos, busco tu amor. Ven a adorarme; para ti estoy deliciosamente vivo y activo. Algunos celebran este día bendito en el gozo y la alegría, pues un Salvador les es dado. A ti, alma pequeña mía, he dado hoy mis llantos. Para los unos la sonrisa del Niño-Dios.

Para ti que me quieres, he otorgado más bien los lloros del Niñito sobre las llagas de este mundo miserable y perverso. Desde mi venida, he sido aquel que han llamado el "Varón de Dolores". Te he asociado durante esta Misa a los sufrimientos de mi Pequeño Corazón de Niño. Tu agonía interior se ha expresado en lágrimas abundantes. Has intentado con sentido común, dar una razón válida a estos llantos; en vano. En verdad, Yo te lo digo, no son tus problemas personales, por muy dolorosos que sean, los que han herido a tu alma, esta mañana. Por una gracia particular, los he asociado a lo que mi Corazón de Niño presentía ya. No has comprendido todavía que Yo espero la ofrenda de tu sufrimiento, más va- liosa a mis ojos que el oro y el incienso.

28 de diciembre de 1974. (1.107).

En misa:

J Yo soy aquel que da la vida, que alimenta y que santifica.

Interiormente, yo veía en aquel momento, dentro del cáliz, unas avecillas apretadas las unas contra las otras, alargando con avidez el piquito hacia el alimento que les prodigaba el Padre, las alas ampliamente desplegadas por encima del cáliz, en un gesto de amor y protección, y los peque- ños gritaban de alegría saciándose de este maná celestial. Algunos eran más pequeños y débiles, y el Padre les daba de comer a ellos en primer lugar.

Durante dos días me llenó de alegría esta visión interior.

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J El amor mutuo debe basarse en la confianza recíproca.

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