1975

                              AÑO 1975

2 de enero de 1975. (1.108).

  Tu oración es un acto de fe.

Tu esperanza es un acto de amor.

Tu caridad es el amor actuando en tu alma.

5 de enero de 1975. (1.108).

Epifanía.

J   Hija mía, sé humildemente sumisa a tu Padre espiritual.

El está en mi Mano para conducirte a M í, para elevarte hacia el Amor.

Sé plenamente consciente de tu debilidad, de tu vulnerabilidad, pero también de mi asistencia en todas las circunstancias de tu vida. Piensa en Mi, y que la certeza de Mi Amor por ti, te ayude a realizar su obra en las almas que te están confiadas. Las criaturas están aquí solamente para recordarte que Yo me acuerdo de  muy particularmente y que tengo por ti un amor de predilección. Tu cuerpo está apaciguado pero tu alma está ávida de absoluto. Tus deseos de protección son formas de dolorosa atracción hacia el Amor  que parece esquivarse y que tu pobre corazón intenta asir. Y Yo saco mi gloria de tu                imperfección, mi florcita del campo, a quien he dado el poder de retoñar por todas partes del mundo. Hija mía, pareces asustada por tu misión. Prefiero tu temor a demasiada seguridad. Eres demasiado pequeña y Yo deseo que tu desconfíes de , para acercarte más a Mí. En éste momento estás en un lugar desierto y árido donde tú Me buscas. Tu cuerpo y tu alma, en una misma             debilidad, están sin embargo sostenidos por mi Amor. Sé confiada, no busques más que mi Amor y lo que te eleva hacia él. La unión de las almas sólo vale cuando tiende hacia ésta meta. Las humillaciones no superan jamás las fuerzas humanas si se refugia uno en M í para soportarlas, y entonces todo es gracia para el alma victoriosa de sus debilidades. Enseña a las almas a no dudar jamás de mi Misericordia, tú que le debes tanto. Saca la savia de mi Corazón para alimentar con ella a las almas pequeñas. Yo no te pido más que tu amor para' salvar las almas.

27 de enero de 1975. (1.116).

       Alguien me habla dicho: Margarita no ama a las almas. Yo las amo mucho más que ella: Estas palabras me hablan hecho sufrir mucho.

       Efectivamente, Margarita no ama a las almas, puesto que soy Yo quien las ama  en ella.

¿Podría Margarita amarlas sin Mí? Y es verdad también para todos: todo amor viene de Mí. Hija mía, te pido que aceptes por Mí, por mi Amor éstas palabras que han herido tu corazón.

      Es el Amor el que actúa en ti sin ningún mérito de tu parte.

Es una herida de amor. Humildemente, sé mi eterna herida. Amar a su Dios, es amar a las almas y es soportar las exigencias de su Amor. El verdadero amor de las almas está en la plenitud de tu conformidad a la gracia. Y, dime, ¿como predicar y dar el Amor, si tu alma no está abrasada por El? ¿Cómo salvar a las almas, si sólo tienes en ti tu pobre corazón humano para conseguirlo? .

Consuélate y piensa que cada uno, sólo puede dar lo que recibe de M í. Respetad en todos mi acción, que no es la misma para todos, pero, en verdad, os lo digo, no os creáis superiores en amor, pues ignoráis la intimidad y la intensidad de Este en talo cual alma. No juzguéis por las apariencias, procurad más bien descubrir en cada uno la profundidad de su Santa Presencia. Me complace a veces humillaros, para que Me améis mas, en el conocimiento de vuestra nada.

17 de febrero de 1975. (1.117).

  Sé fuerte con mi Amor, firme en tu esperanza, constante en ..tus esfuerzos fiel a tu fe, perseverante en la oración, confiada en Mi Bondad, ávida de los bienes del Cielo, enamorada de mi Divinidad.

.., .., ...

J   La correspondencia a la gracia requiere un abandono total a ésta, basado en la confianza y la fe en mi Palabra.

Si uno de esos elementos viene a faltar, la duda se instala y conduce a la negación del todo.

 

13 de marzo de 1975. (J. 1).

 Jesús ¿dónde estás? Ya no me hablas.

  La tormenta te sumerge con sus elementos desencadenados. No te he dejado, hija mía, pero espero con paciencia el retorno del buen tiempo, en tu corazón la calma después de la tempestad. Y el cielo volverá a brillar entonces en todo su esplendor. No has dejado de creer en mi Amor y en mi Misericordia, ¿verdad?

  Sí, creo, oh Dios mío; pero el dolor vence mis pobres fuerzas.

   Conserva tu paz, hija mía. La prueba es cruel, es un fuego purificador. Dime tu  pena, puedes decirme todo, pues Yo no te fallaré jamás.

  Grito hacia Ti, Señor; y parece que no me oyes.

 J Sin embargo, ¡estoy tan cerca de ti!. ¿Quién podría amarte más que Yo? No busques tu socorro más que en Mí.   La criatura decepciona. Sólo Dios no decepciona.

 Yo Te busco en vano y este silencio me oprime, casi, hasta la muerte. Me gusta consolar a quien sufre y la indiferencia me hace sufrir.

En estos momentos en que mi alma está turbada por tantos golpes recibidos en mi pobre humanidad, ahí donde esperaba un socorro, ¿qué he recibido? .

   No esperes más que en Mí. Yo soy el Dios fiel. No olvides que tú eres una niña elegida y que tu entrega al Amor debe ser total. Millares de almas te quieren y entre ellas, seres excepcionales darían su vida por . Que este pensamiento sea un bálsamo sobre tu sufrimiento. Mi Amor pasa en ti, no para una sola alma, sino para todas las almas. Si entre éstas, algunas aumentan tu pena, mi Caridad en ellas está dañada y mi Corazón compasivo cruelmente herido.

23 de marzo de 1975. (J. 3).

Día de Ramos.

  Vive intensamente esta semana conmigo. Tu participas. Mi Sufrimiento tanto como mi Amor penetra en ti. Dame todo. Tu llevas conmigo y Yo llevo contigo. Tu cuerpo y tu alma están heridos: agárrate. ¡Aguanta! Mírame: ¿No soy Yo más digno de compasión que tú? Ven, sígueme. Pon tus pasos en mis pasos. Caminemos juntos. Amiga mía, da me la mano. Yo te conduzco. No dudes.

El viernes santo, a la hora exacta de la muerte de Jesús, el marido de la mensajera morra piadosamente, después de haber recibido la Santa Comunión.

J   Que se vacíe el absceso y que la cicatrización se haga con el apaciguamiento del alma. La abertura del corazón es necesaria para dilatar el ánimo. Sin la confianza, la paz es imposible. Los hijos de la luz dejan pasar sus rayos.

En el cielo, no hay compromisos. En la tierra hay concesiones de caridad que no se pueden despreciar sin faltar gravemente a dicha caridad. Se exigen sacrificios; para soportarlos se dan alegrías.

Piensa en M í y haz lo que Yo te inspiro. ¿Por qué te retiras en esta amargura? La fe en los mensajes que Yo te transmito es un criterio de disponibilidad a lo que Yo espero de talo cual alma. El negarse sistemáticamente a indagar cuál es mi Voluntad y el rechazarla por todos los medios posibles, desvía sin duda ésta Voluntad de la persona elegida, y la presión amorosa de mi Corazón se manifiesta sobre el alma que contestará con más generosidad a su llamada.

     Lo que parece imposible al hombre, es, créelo firmemente, siempre posible a Dios. El sufrimiento ha purificado tu alma, hija mía.

     Que la lealtad en tu caridad sea siempre tu signo.

de abril de 1975. (J. 5).

J    Nada por ti misma; todo por el Espíritu Santo que inhabita en ti.

12 de abril de 1975. (J. 5).

J    Mis Mandamientos para ti:

     Yo hablo AMOR; habla amor.

     Yo hablo MISERICORDIA; habla misericordia.

     Yo hablo TE RNU RA; habla ternura.

     Yo te digo, NO JUZGUES; no juzgarás.

     Yo te digo, restablece el SENTIDO DE LO SAGRADO; restablece, pues, el sentido de  lo sagrado.

     Yo te digo: AMA a tus hermanos; amarás a tus hermanos.

     Yo te digo: Ten CONFIANZA; sé confiada.

     Yo te digo: ABANDONO; abandónate.

     Yo te digo: NO TEMAS; no tengas miedo.

     Yo te digo que Yo te amo; CREE EN MI AMOR. Dalo a conocer a los hombres.

Abre tus ojos, tus oídos, tu corazón y tu boca para observar, oír, amar, proclamar   mi Realeza y el Poder de mi Amor hacia todos.

      Si mi Justicia está en camino, oponle el escudo de mi Misericordia.

     Colócalo en medio de su camino.

     Yo te pido: RESPETO AL SACERDOCIO.

Haz que respeten el sacerdocio del ministro de Dios y el poder que Yo le he dado; todos los hombres no han recibido este poder. La falta de respeto al sacerdote es una falta de respeto a Mí.

Si los hombres son iguales ante M í, el sacerdote sigue siendo el alma elegida.

No juzgues al sacerdote; sea cual sea, Me pertenece a Mí hacerlo. Salva al sacerdote con tu amor.  Ve en él a tu Creador ya tu Salvador.  Ayúdale  a darse cuenta de su dignidad sacerdotal y de sus responsabilidades delante de Mí.

La santidad requerida no ha caducado, sino que es más necesaria que nunca.

13 de abril de 1975. (J. 7).

 Querida hija mía, he puesto en tu alma tesoros de ternura para todos y para cada uno; distribúyela a manos llenas; soy Yo en ti, y tú en Mí. Mis designios sobre ti no son necesariamente los tuyos; te son desconocidos y cada día que luce, se destapa un trocito del velo que recubre mi Voluntad acerca de ti. ¡YO NO ME EQUIVOCO JAMAS!.

Pero algunos traicionan los designios que tengo sobre ellos.

El exceso de sufrimiento produce su saturación y, con mi gracia, el alma dolorida se escapa de la red del pajarero 1 donde estaba prisionera. Gracias a mi ternura por ella, éste ve con pesar y estupefacción cómo se le escapa la presa, hasta entonces claudicante. Y por mi Voluntad se hace oír un dulce silbido.

El pájaro herido lo percibe y viene a posarse, aunque temerosamente, sobre la mano tutelar tendida hacia él para recogerle y curar sus llagas con mucho amor.

1 el demonio

15 de abril de 1975. (J. 8).

  La santidad de un alma no se mide por el temor que encierra, sino más bien por el Amor que actúa en ella.

29 de abril de 1975. (J. 8).

   Yo soy LA RESURRECCION y LA VIDA ¡AQUEL QUE CREE EN MI, VIVIRA!.

Cuando es necesario, alivia los cuerpos en sus dolencias, pero ama a las almas por su eternidad.

10 de mayo de 1975. (J. 8).

   Creen, y actúan como sí no creyeran.

Profundizan, y no profundizan.

Para muchos, la caridad es un deber, pero no es un estado de alma.

23 de mayo de 1975. (J. 9).

   Da a las almas lo que Yo te doy.

Teniendo en cuenta el grado de su devoción, no las desanimes exigiendo de ellas más de lo que pueden dar. Sé fuente de consuelo para todas y considera tu misión como la más importante. En el alma que sufre, tu Dios llora y espera un

      corazón  que ame y comprenda.

Jamás hablo en vano y Yo te he elegido a ti, Margarita, para que, por mi gracia, tú protejas y preserves la fe desfalleciente de las almas que sufren, ayudándolas a soportar la cruz.

No esquives jamás las exigencias de mi Amor, tradúcelo en acciones...

¿Qué son las palabras sin los actos?

Si tú eres dura para ti misma, no impongas tu manera de ver las cosas a los demás, pero mantente disponible a todas horas para apaciguar, animar amar.

Que el angustiado encuentre a su Dios en ti, por la compasión, la presencia cariñosa y vigilante. Da tu apoyo a los débiles, a los pobres, sobre todo a los pobres en espíritu. Hazles comprender cuánto les amo.

¿Por qué temes repetir lo que Yo te he dicho? ¡Tienes miedo, y Yo sé por qué!.

He querido para ti ayuda y protección, pero he protegido mi Obra.

¡Ay!. ¡Cuán ignorantes e indisciplinados son los hombres!. ¡Es hora de que se haga la luz!.

¡Cuánta búsqueda de uno mismo, incluso en las cosas más santas!.

Búsqueda imperceptible a veces, pero real a pesar de todo.

24 de mayo de 1975. (J. 10).

Al despertarme:

J Piensa bien, y actúa bien. No te impongas a los demás, pero que éstos se impongan a ti y vengan hacia ti, a quién Yo he imantado con Mi Gracia y Mi Amor.

 

de junio de 1975. (J. 11).

No habiendo podido asistir a misa este día, por la tarde, recibí la comunión. Profundo recogimiento. Jesús me dijo con ternura:

  ¡Pequeña prisionera de mi Amor!.

¿Consientes, verdad? Ven a habitar conmigo en este sagrario.

Te doy más amor todavía, porque eres fiel a pesar de tus sufrimientos.

Mi sabiduría se complace en colmarte.

de junio de 1975. (J. 11).

   Estaba escrito, que una pequeña semilla contaminada por el veneno del mundo, pero fecundada por el Amor, podría dar la plena medida de este amor para salvar a las almas.

¡Por Mí, has consolado a tantas almas; les has devuelto la Vida y la Esperanza!.

Todo es posible a tu Dios; ¡ya lo ves!.

Mi Amor Misericordioso, modela cada día más tu corazón para que, por éste canalito, Su Ternura rebose sobre todos aquellos que quiere salvar.

de junio de 1975. (J. 12).

   No te preocupes por tus deseos, sino más bien por los Míos.

22 de junio de 1975. (J. 12).

  Vivid de fe pura, hijos míos. Lo maravilloso está en el Amor que os tengo siempre.

Amad la Justicia y la Paz. Que vuestro corazón permanezca sereno en la

tormenta. Si el sol está oculto por las tinieblas del pecado, sólo espera vuestra  llamada para reaparecer.

23 de junio de 1975. (J. 12).

J Pequeños míos, ¡sed los dulces revolucionarios de mi Amor en la obediencia a la Santa Iglesia!. A pesar de las desviaciones de algunos de sus miembros, ¡no os separéis jamás de ésta, bajo ningún pretexto! SOLO EL AMOR puede salvar al mundo.

Es el Amor el que devolverá a la Iglesia su carácter sagrado.

La dulzura, la humildad, la santidad, conseguirán lo que jamás podrá conseguir la violencia. No os pertenece juzgar los actos de vuestros                     semejantes. Los verdaderos defensores de la fe son aquellos que predican con su ejemplo de santidad y de abandono.

27 de junio de 1975. (J. 13).

Oración:

J    No pienses. Yo soy tu pensamiento. No hables. Yo hablo por ti.

Me gusta verte en este abandono. ¿Cómo puedes, a veces, desear otra cosa que no sea Yo?

¡El incienso de tu amor es para M í la alegría de tu regreso. Has conocido el cruel desgarramiento del abandono. Cada día, Yo conozco este dolor de estar abandonado por mis hijos, por los que ya no reconocen Mi voz. Y los veo precipitarse en el abismo ¡por sus infidelidades y su silencio cómplice!. El mundo está enfermo y la enfermedad que padece es mortal.

YO SOY EL UNICO REMEDIO de su mal; ¡si lo acepta!.

El quisiera impedirme hablar, avisar. Es sordo a mis llamadas, pero Yo no quito nada a lo dicho.

  Señor ¿Se puede esperar un mundo mejor?

  Por desgracia, ¡no! mientras los hombres rehúsen curar la lepra del pecado que  los carcome.

M ¿Qué hacer, Jesús mío?

J   ¡REZAR Y HACER PENITENCIA!.

Yo llamo a los que quieren seguirme.

Antaño elegí a 12 Apóstoles para propagar la Buena Nueva del Evangelio.

Hoy elijo a todas las almas de buena voluntad para que, por una vida ejemplar, ofreciéndola al Amor, rindan homenaje a la Verdad de siempre, puesta en duda por unos espíritus soberbios, vergüenza de este siglo pervertido!.

¡Qué cada una de esas almas sea consciente de sus responsabilidades!.

de julio de 1975. (J. 15).

Oración:

   El verdadero signo de mi Realeza, es mi Espíritu de Amor y de Misericordia.

Este otro signo que tú contemplas, es la Llaga de Mi Mano puesta sobre Mi Divino Corazón, para contener los latidos que Mi Amor por vosotros, pobres criaturas, le imprime. ¡Yo soy el Rey del universo!. ¡Pero soy mucho más todavía!. Mi más hermoso título es EL PADRE de todas las almas. Mi Realeza puede asustar. ¿Mi Paternidad? Es la atracción de Mi Amor sobre vuestras almas, es la llamada a sus hijos fieles. Es la urgente llamada a sus hijos                     imprudentes que están en peligro de muerte. Es su perdón y sus avisos.

Es la Humildad de un Dios, frente al orgullo del hombre.

Es la lección de Amor de un Cristo-Rey a unos niños insumisos e inconscientes!. ¡Van y vienen!.

Y, lleno de solicitud, no dejo de velar, vigilar, avisar y reprender.

Me excluyen de su conversación, de su vida tan poco conforme a Mis Enseñanzas. Sin embargo, Yo estoy siempre presente para socorrerlos en sus preocupaciones. ¡YO SOY PADRE! ¿Comprendes?

… … …

La juventud del corazón consiste en una amorosa atención al Creador de todo bien.

El sacerdote debe velar celosamente sobre su Patrimonio Espiritual y no desperdiciarlo en palabras y acciones vanas. La gravedad, que conviene al sacerdote, debe ser para él fuente de pura alegría y no motivo de complejidad y disipación.

Reconocer sus debilidades sin intentar salir de ellas, equivale a servirse de éstas para cometer el mal sin remordimiento.

Darse a los demás no debe ser buscarse a s í mismo, y los demás no pueden ser obstáculo al progreso y a la santidad del Sacerdote.

Es fácil dar alegría a los demás, sobre todo si se  saca de ello una satisfacción adecuada para alimentar las necesidades de su naturaleza humana. ¡Cuánto más perfecta es la búsqueda de lo Increado donde están encerrados los tesoros de alegría y de paz!.

Buscad lo que Me agrada. No os alimentéis de ilusiones. Saboread el reposo en el silencio de la Contemplación. Buscadla con avidez. Animaos.

Aspirad a esos deseos de perfección sin dejaros engañar por vanos sueños.

Lo que Yo he experimentado en la tribulación es sabiduría y gracia celeste.

¡Que esto sea para vosotros más valioso que todo lo que puede atraer al hombre!.

La "perla preciosa" está escondida. Encontradla, y no la dejéis alejarse de vosotros por vuestra conducta poco conforme a la gracia que Yo os hago. Si a veces vuestro entendimiento se oscurece, es porque os estáis volviendo hacia lo que parece agradable a vuestros ojos.

Purificad vuestros deseos, y centradlos en Mí.

de julio de 1975. (J. 18).

J Ve esta Cruz y su fruto, ¡el Amor Crucificado!. ¿Cómo pueden permanecer fríos los corazones delante de éste espectáculo lastimoso?

Tan pocos se preocupan por librarle de Su Martirio voluntario.

El Amor que El da, sólo encuentra eco en la minoría.

La brevedad de los días que pasan en ésta tierra,

     ¿vale acaso la pérdida de su eternidad, en el Cielo?

    ¡Que huyan, si no son bastante fuertes para enfrentarse con el enemigo que los lleva a la ruina..

   ¡Que se refugien en el Asilo de MI DIVINO CORAZON y en el corazón tan cariñoso de MI MADRE, donde no podrá alcanzarlos.

   Todavía hay tiempo, pero que no tarden más.

   Ya sé que los primeros pasos de un Dios permanecerán sin contestación para  muchos, pero ¡ E L AMOR NO SE CANSA DE LLAMAR!.

   Glorifícate de tus miserias.

   Glorifícate por soportarlas. El celo sólo es dañino cuando es profano.                                        La FIDELIDAD a la Gracia exige serios  esfuerzos para no sucumbir a las tentaciones.

… … …

    Tus pensamientos van hacia tus deseos.

    REZA Y VELA, para que estos deseos sean santos.

… … …

Ten siempre en ti el SENTIDO DE LOS DEMÁS.

Abre el camino delante de tu Dios que viene. Tus penas, tus fatigas, son el precio de Mi Amor.

 

(Fin del primer tomo)

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