Teología del Mensaje

 En su estudio teológico del Mensaje de Amor Misericordioso, el Padre Vercoustre ha destacado lo escencial, la misericordia con la cual Dios nos ama y que nosotros estamos llamados a irradiar a travez de nosotros mismos.


El amor del Corazón de Jesús inspira en el hombre un humilde respeto por su santa misericordia y dilata el corazón humano en el amor a los demás.

Las líneas del mensaje están sometidas al juicio de la iglesia por su confrontación con la enseñanza del eminente doctor de la iglesia, Santo Tomás de Aquino. Como lo manifiesta el Concilio, la experiencia de las realidades reveladas no se aprovecha si no está acompañada de la inteligencia y si no se deja guiar por el magisterio de la Iglesia.(Dei Verbum, nº 8 Lumen gentium nº 12). Este libro profundiza doctrinal y espiritualmente los temas del Mensaje y servirá felizmente de guía, a las Pequeñas Almas que tienen la preocupación de ser fieles al Amor de Dios y la palabra de la iglesia.

Lieja, 1º de Agosto de 1991.-

Obispo de Lieja

Albert Houssiau

 

En preparación

Publicación trimestral de la Legión de las Almas Pequeñas Argentinas

SUMARIO

Prefacio
Introducción


I - El carisma profético

II - El Corazón de Jesús.

III - El dominio del amor

IV - La Misericordia.

V - La respuesta al Amor Misericordioso:
La Ley y la Gracia.

VI - Los efectos del Mensaje.

VII - El amor al prójimo.

VIII - La oración: acto de virtud de la religión.

IX - La virtud de la prudencia.

X - La virtud de la Fortaleza.

XI - La virtud de la Templanza.

XII - La virtud de la Humildad.

XIII - La vía de la pequeñez.

XIV - El sacerdote.

XV - La Virgen María.


INTRODUCCIÓN


En este tiempo de secularización, de progreso acelerado de las ciencias y técnicas, todo pasa como si los valores que han definido una civilización cristiana, valores apartados por la Iglesia, se borrarán delante de una ignorancia o una confusión de los grandes ejes del pensamiento dogmático; el relajamiento de las costumbres ha sido, legalizado, vulgarizado por las leyes de varios países y propagado por los medios de comunicación.
Jesús no abandona su Iglesia, "Yo estaré con ustedes hasta el fin de la historia". Él escogió a una humilde "Margarita"para dirigir al mundo un mensaje, el del Amor Misericordioso a las Pequeñas Almas.
El Amor Misericordioso está en el Corazón del Evangelio revelado por palabras y, como dice San Pable, "por el lenguaje de la Cruz". La expresión "Pequeñas Almas" puede sorprender en nuestros días; se trata mas bien, de llegar a ser adultos en la fe. Se puede afirmar que Santa Teresa de Jesús de Lissieux seduce con su vida a muchos espíritus contemporáneos y alienta al cristiano de este fin del siglo XX en el camino de la verdad sobre Dios y sobre el Hombre.
¿La verdadera grandeza del hombre no consiste acaso en reconocer su miseria esencial?
Por lo demás, encontramos en los escritos de" Teresita", el deseo de que una "Legión de Pequeñas Almas" siga su camino de luz.
Ella muere a los 24 años deseando que su vida se prolongue a través de otras almas que descubrirán el camino de la pequeñez, a fin de que cada cual viva según su temperamento y cultura, el mismo camino de luz.

En una revelación privada no esperemos encontrar algo inédito. La revelación de Dios fue terminada con el último libro de la Nueva Alianza. Todas las revelaciones privadas donde Jesús entra en conversación con un alma, no hacen más que confirmar la Buena Nueva de Salvación, Santa Catalina de Siena, Santa Ángela de Foligno, Santa Teresa de Ávila, la sierva de Dios, la hermana Luisa Margarita Claret de la Touche, son testigos privilegiados que ayudan a los cristianos a vivir en plenitud su fe.
Evidentemente leyendo el Mensaje que Jesús da a Margarita, ustedes encontrarán la relación misteriosa que une a cada bautizado con la casa familiar del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
El cristiano que vive plenamente la fe en la esperanza y la caridad, sabe que esta casa es bella. La Iglesia, antecámara aquí, del paraíso de la gloria, quiere convocar allí a todos los que viven en la angustia o el escepticismo devorador, o aún a los débiles, los pequeños, los marginados, que a tientas buscan una salida a una situación que les aparece de desesperación. Nos referimos a Soljenitsyne quien escribe en 1983: "Es en vano buscar una salida a la situación del mundo, sin volver nuestra conciencia arrepentida hacia el Creador de todas las cosas. Ninguna otra salida nos iluminará, ni la encontraremos fuera de la dulce mano de Dios, que en nuestra despreocupación hemos rechazado".

El Mensaje del Amor Misericordioso de las Pequeñas Almas está contenido hasta ahora en tres volúmenes. Se les podría titular Diario de Margarita y sus diálogos con Jesús. El primero, parte del año 1965 a 1975; el segundo va de 1977 a 1979; el tercero va de 1980 a 1987 y el cuarto irá desde 1988 a 1995.

No tratemos de descubrir en esta enseñanza la expresión de una teología sistematizada. Jesús no pierde jamás de vista la condición de los pequeños, de aquellos a quienes Él se dirige y a los cuales Él dice: "La teología no está al alcance de todos los pequeños, pero el Amor se deja coger por ellos". Y paradojalmente me ha sido pedido por Margarita llevar la luz de la teología a este mensaje. . Ninguna fórmula expresa mejor el proyecto teológico que el de San Anselmo "Fides Quaerens Intellectum" la fe que trata de comprender. San Agustín nos decía así: "Yo creo para comprender".
Jesús, por mediación de Margarita, instruye a los hombres de nuestro tiempo. Veamos bien la fecha de partida de 1965, que es también la fecha del término del Concilio Vaticano II (1962-1965). Se puede decir que el carisma de Margarita es de un profeta. Como todos los profetas, por su boca, Dios a través de Jesús advierte a su pueblo, amenaza con castigo y proclama en definitiva su Amor de Misericordia. Toda la historia de Israel está hecha sobre este doble juego de amenazas y de perdones misericordiosos.

La predicación mas importante de Jesús es la del llamado a la conversión. Margarita beneficiaria tangible de la experiencia del Amor de Jesús, no hace más que recordar al mundo de hoy, a los cristianos, a los sacerdotes, los obispos, las exigencias de la verdad de Dios.-


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Phillipe Vercoustre, O. P.

Teología del "Mensaje del Amor Misericordioso a las Almas Pequeñas"

Diario de Margarita.

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Queridas almas pequeñas:

En la diócesis de Lieja, en Bélgica, vive Margarita, y en el pequeño pueblito de vecinal de Chevremont, se encuentra el Centro Internacional de la Legión de las almas pequeñas. Ambos están bajo la dirección jurídica del obispo de Lieja, que al principio era Monseñor Guillermo van Zuylen el cual el 21 de febrero de 1980 dio la aprobación para imprimir el primer tomo del Mensaje. Él dio también la aprobación de la erección de la Legión de las Pequeñas Almas, el 25 de septiembre de 1971. Monseñor Alberto Houssiau, su sucesor, dio la aprobación para imprimir los siguientes tres tomos.

En Chile, Monseñor Sergio Valecha, dio la aprobación por escrito para editar el Mensaje, el 2 de noviembre de 1989. Muchos obispos dieron ya su aprobación por escrito, para la erección de la Legión de las Pequeñas Almas, entre ellos Monseñor Carlos Oviedo Cavada el cual reconoció la personalidad jurídica canónica de la Legión, el dia 28 de setiembre de 1994, además de los arzobispos y obispos de Valparaíso y Concepción. Y varios otros dieron el consentimiento oral para darlo por escrito después de un tiempo prudente de prueba.

El Secretariado Latinoamericano de la Legión de las Pequeñas Almas del Amor Misericordioso con sede en Chile, ha traducido y tiene el gozo de cumplir el propósito de editar uno de los libros de la colección que hemos llamado "Serie Margaritas".

Aquí le entregamos uno de ellos, para que todas las pequeñas almas aprovechen este tesoro espiritual.

Padre Hugo Cornelissen D. M.T.S.
12 Septiembre, 1997






CAPÍTULO I


El carisma profético


No estudiaremos la vida de Margarita. Los que se interesen en ella encontrarán ciertos elementos de respuesta en el primer tomo de la pág. 13 a la 33, donde se encuentra una breve autobiografía que constituye el marco donde se encuadra el Mensaje. Nos basta saber que ella nació en 1914 en un medio anti-clerical, que ha sido bautizada a los 13 años , y su verdadera conversión, una vez casada y madre de tres hijos, data del período de la II guerra mundial.
El diario o el Mensaje es una serie de reflexiones de Jesús con Margarita y siempre con palabras de Jesús.

Toda revelación privada aprobada por la autoridad del magisterio, debería gozar de una consideración favorable, o de un renombre. Nuestra época es racional y desconfía de todo misticismo. Precisamente si el hombre de hoy acepta a Santa Teresa de Jesús o a San Vicente de Paúl, es por la razón que no encuentra en su vida ningún fenómeno extraordinario que se llame "preternatural" en el lenguaje teológico. Es necesario nuestra buena voluntad para creer que el demonio se aparecía al presbítero Cura de Ars: Jean Bastite Vianney.
Margarita, semejante a los profetas del antiguo testamento, ha tenido también miedo de ilusionarse, ¿Cuál es la parte del sueño? Y ¿Cuál es la parte del subconsciente? Jeremías acaso no exclama: "Ay Señor Yahvé, yo no sé hablar, yo soy un niño" (Jer. 1-6). Siente que el pánico se apodera de él "Desdichado de mí, estoy perdido" (Is.VI-5). Constatamos que Margarita ha tenido numerosas dificultades para hacer reconocer su Mensaje por las autoridades de la Iglesia, ella ha ido de humillación en humillación, diría Pascal "Contra mi voluntad he resuelto pasar a la acción".
Se trataba, de hecho, de crear en el mundo "La Legión de las Pequeñas Almas" que viven espiritualmente el Mensaje del Amor Misericordioso. Demos algunas cifras. En 1995, el Mensaje estaba traducido a 24 idiomas, difundido en 24 países, con un total de más de 1.000.000 de ejemplares. ¿No es esto afirmar la amplitud de su difusión internacional?.

Pero volvamos a lo primordial ¿Cuál es la exacta verdad de las palabras de Jesús a Margarita? Margarita escucha en su corazón a Jesús que le habla.
Es preciso decir, para comenzar, que las comunicaciones divinas llevan para expresarse imágenes o palabras. No puede ser de otra manera, la inteligencia humana tiene necesidad, para expresarse, de este soporte sensible. "Los símbolos que expresan mejor la verdad inteligible, son las palabras", escribe Santo Tomás, (Santo Tomás Op.Cit).

Si la palabra de Dios no basta, puede que Dios dé al alma las imágenes o las palabras interiores que ella necesita. Hay pues el influjo de una luz inteligible para el acceso de ideas nuevas imprevistas para quien las recibe. A estas palabras se les puede llamar aún inspiraciones, porque vienen del exterior.
Margarita escucha la voz interior de Jesús, según su modo interior de captar, siguiendo la capacidad de su inteligencia para recibirla, siguiendo pues su grado de cultura. Dios le habla en forma diferente a Daniel y a Amos. Dios habla de manera distinta a una persona muy culta como Adrienne von Speryn y a Margarita.

Una lectura superficial del Mensaje, tendería a reducirlo a efusiones sentimentales. Toda literatura mística, es por sí misma repetitiva: "En el Amor no hay mas que una palabra y se repite siempre" dice Lacordaire. Pero justamente Jesús habla un lenguaje sencillo, el del corazón, para ser comprendido por personas sencillas, por los mas desposeídos de toda cultura. Se le pide al lector estar atento a los secretos de Dios, a su visión del mundo sobre el hombre que Jesús revela día a día a Margarita.



CAPÍTULO II


El Corazón de Jesús


La divisa del Cardenal Newmann: "Cor ad cor loquitur" "El Corazón habla al corazón" puede ser colocada como ejemplo en este capítulo. El Mensaje nos hace conocer los secretos del Corazón de Jesús para el hombre.
En este diálogo con Margarita, Jesús revela su deseo de intimidad con Margarita, en cada hombre.
Veremos que el camino real del Amor es la vía de la pequeñez, la vía de la infancia, tan querida por Santa Teresa de Jesús.
Algunas cifras confirmarán este juicio.

"En tus ojos he visto tanto Amor que mi corazón ha estado encantado" (23 junio 1966).

"Durante la oración no te atormentes en buscar lo que podrías decirme. Abandónate a Mí. Yo te inspiro. Que tu alma se mantenga en paz delante de Mí. En silencio, descansa sobre Mi Corazón" (6 julio 1966).

Delante de una estatua del Sagrado Corazón donde Jesús mostraba su Corazón, Margarita escucha esta palabra:"Sí, ahí estás con él" (11 julio 1966).

"Une tu espíritu a mi espíritu, tu corazón a mi corazón (1 agosto de 1966).

"Pon la cabeza en mi regazo, ahí donde Juan puso la suya. Escucha el dulce canto de Amor de Mi Corazón al tuyo" (2 agosto 1966).

Podríamos multiplicar estas citas. Nos damos cuenta que, como en el Cantar de los Cantares, el lenguaje del Amor Divino es el mismo que el del amor humano.
En la galería Borghese en Roma, el Ticiano, el gran pintor veneciano, expresa esta realidad pintando sobre una misma tela a dos mujeres que se parecen un poco: Amor divino, Amor humano.

Cuando Santo Tomás definió la caridad en la Somme Ila Illae, dice que es una amistad; y la amistad es una reciprocidad; querer hacer juntos las mismas cosas.

Lo propio del amor, es hacer vivir al otro. Todos aquellos y aquellas que han sido verdaderamente amados saben perfectamente que un nuevo ser surge de las profundidades de cada persona. Jesús le dice a Nicodemo el sabio, que formaba parte del Sanedrín, que "es preciso nacer de lo alto para ver el Reino de Dios".
Sólo el Amor puede llevar el alma a un nuevo hogar. Se comprende que Margarita exclame:"OH belleza de mi Dios, yo te adoro en un aniquilamiento de todo mi ser, en tu Corazón Sagrado".

No podemos dejar de nombrar las célebres palabras de San Agustín:"Yo he tardado en amarte, belleza tan antigua y tan nueva, yo he tardado en amarte. Tú estabas dentro, yo fuera, y yo te buscaba fuera, en las bellas cosas de aquí abajo, tus obras" (Confesiones, X).

Para San Agustín como para Margarita, el Amor tiene un rostro, el de Cristo que es la verdad, que puede definirse como el esplendor de la belleza.

Esta intimidad que Jesús le recuerda está destinada a otro cristiano "La fuente insaciable de ternura que se escapa de mi Corazón abierto se expande sobre todos indistintamente" (13 noviembre 1966). Y esta palabra de Jesús; "Ven a buscar a Mi Corazón la fuerza y el coraje necesario" evoca las palabras similares de Jesús en el evangelio. Mt. 11,28-30 "Vengan a Mí, los que se sienten cargados y agobiados. Porque Yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de Mí que soy paciente de corazón y humilde y sus almas encontrarán alivio. Pues mi yugo es bueno y mi carga ligera".
Al término de esta incursión en las relaciones entre Jesús y Margarita, nosotros nos hemos dado cuenta de esta intimidad hecha de un Amor de reciprocidad. ¿No es algo embriagador? Cada vez que tocamos la unión entre lo finito y lo infinito, sucede lo mismo. No hay medida común entre el alma que ama a Dios realizando el Gran Mandato: "Tú amarás, al único, a tu Dios, con todo tu corazón y toda tu alma y todas tus fuerzas", y Dios, Amor infinito, que ama a su criatura.
¿Qué ha pasado? Cuando se examina globalmente los textos de estos dos libros, que no son mas que uno, percibimos que el Corazón de Jesús es un corazón herido. Agregamos la revelación del Sagrado Corazón a Margarita María Alacoque en el siglo XVII:"He aquí este Corazón que tanto ha amado a los hombres y que de parte de los hombres ha encontrado tanta ingratitud y ofensas. Tú, por lo menos dame una cumplida reparación".

Pascal escribe:" Jesús estará en agonía hasta el fin del mundo; no hay que dormir durante ese tiempo". Jesús se expresa así:"...todas las indiferencias que hieren tan dolorosamente Mi Divino Corazón..."(18 Septiembre de 1966).
El 31 de octubre de 1965 Jesús se expresa así:
"¡ Mi Corazón sangrante, que perdona ¡
¡ Mi Corazón sangrante que olvida¡
¡ Mi Corazón sangrante, que excusa¡
¡ Mi Corazón sangrante, que implora¡
¡ Mi Corazón doloroso que tiene tanta hambre y tanta sed de amor"¡
(Percibimos aquí los frutos de la Misericordia que nos ha reservado un capítulo posterior al estudio de la Misericordia)

Estamos aquí frente a un misterio: Jesús ha resucitado. En la Gloria, Él no sufre más, e intercede siempre en nuestro favor (Heb. VII-25). Lleva en sí todos los estigmas de Su Pasión: la Llaga de su costado, de sus manos, de sus pies. Para acercar al misterio, es necesario revelar la relación entre el tiempo y la eternidad.

Jesús sobre la Cruz estaba en el tiempo, en un momento preciso de la historia, bajo Poncio Pilatos. Es el Verbo hecho carne. Lleva toda la creación, todos los sufrimientos, todas las muertes desde el primer hombre, Adán, hasta el último hombre que vivirá sobre este planeta. Santo Tomás de Aquino (cha. Q. 46 art.8) señala que el Cristo poseía la visión beatífica, rescatando los hombres en obediencia amorosa a su Padre, él estaba en la plenitud de la alegría, o en su sufrimiento y su pasión "en la eternidad nada pasa, todo está en el presente" (San Agustín, Confesiones XI) "Nosotros tenemos los dos extremos de la cadena, dice Pascal, debemos completar todo entre ellos".

Esta herida en el Corazón de Cristo coexiste con su humanidad glorificada. Ciertamente decimos con San Pablo, que Cristo resucitado no muere más.. Estamos ante el misterio de la Redención.

Jesús ve nuestro sufrimiento y nuestras muertes. Él los ha vivido en la Cruz. Él es el Cordero traspasado.
Margarita, como todo ser humano, sufre: "Oh herida, oh desgarramiento" escribe el poeta Apolinaire. Los sufrimientos físicos y los morales recaen todos en los hombres. El cristiano que percibe su propio pecado, el pecado de los hombres, sufre más, "Si tú conocieras tus pecados, tu corazón se acobardaría" dice Jesús a Pascal.

Jesús dirá a Margarita: "Abre todo tu corazón a las miserias del mundo, olvida tus problemas personales, para acordarte de los míos".
Hay ahí una gran lección. Todo hombre tiene tendencia a replegarse sobre sí mismo, a considerarse como el centro del mundo. Pascal habla del "yo egoísta". Es el "ego"factor de ilusión.
Hay ahí un diálogo increíble, el del Amor del Corazón de Jesús y el de Margarita . Dilata el corazón humano a las dimensiones de los demás y le hace entrever los horizontes infinitos del Designio de Dios sobre el mundo. La reflexión siguiente de Jesús es más fuerte aun "Hija mía, estás triste. ¿Y Yo? Cuando te duela demasiado, ven sobre Mi Corazón" (3 de noviembre 1965).

Bajo formas variadas, Jesús da el mismo consejo a Margarita, y nosotros llegamos a esta conclusión: Entrar en la intimidad de Jesús, es entrar en Su Corazón herido y presentir igualmente la misteriosa alegría de la salvación.



Capítulo III


El dominio del Amor


Es difícil hablar del Amor en Francia, este pueblo que en el siglo XII ha inventado las "cortes del amor", la cortesía; no tenemos mas que un solo término para expresar el amor de concupiscencia, "eros" en griego y el amor de bienaventuranza "ágape", que ha sido traducido en latín por el término "caritas".

Juan Pablo II en su encíclica "Redemptor Hominis" escribe: "El hombre no puede vivir sin amor.
El permanece para sí mismo como un ser incomprensible, su vida está privada de sentido si él no recibe la revelación del Amor, si él no encuentra el Amor, si él no tiene la experiencia, si no participa de él fuertemente" (N° 10).

Nosotros no podemos captar el Amor de Dios más que por comparación, similitud, analogía con el amor humano. Uno de los dramas de nuestra época, es la constante de la familia separada; el niño, el adolescente pierde confianza en el amor, en la vida; está traumatizado. Es difícil hablarle del Amor de Dios al adolescente; él lo rechaza.

Los que no son casados: solteros, sacerdotes, religiosos, religiosas, entran en el dominio del amor infinito de Dios de múltiples maneras: la amistad, el don de sí mismo a los demás, el llamado interior del Evangelio "Síganme". Hay en verdad muchos mas místicos de lo que pensamos, igualmente místicos desconocidos del público que se ignoran ellos mismos.
El Espíritu Santo, el Espíritu de Amor, vive de incógnito en el mundo, escribía Jacques Maritain. Margarita da de este pensamiento una idea paralela: "Muchas almas viven incomprendidas, ocultas en el Corazón de Dios" (1965-A1).
Yo transformo ligeramente la palabra de Jesús. Ello se aplica directamente a Margarita, por extensión, a todos los que viven del Espíritu Santo.

La primera palabra que yo he retenido de Margarita es la siguiente: " Uno se equivoca a menudo sobre la palabra amor; no es un sentimiento sino un amor de voluntad" (entrevista Diciembre de 1980) Hoy día en este dominio como en muchos otros, el hombre moderno vive en plena confusión. Cuando en sentimiento del amor, el sentimiento amoroso, no existe má en un hogar, existe a menudo, entonces, una indiferencia que conduce a una separación y a un divorcio: "Yo vivo plenamente, estoy enamorada" decía un ídolo de la canción. El amor epidérmico, el amor sentimental, la superabundancia de una vitalidad sobre todo durante la juventud no puede confundirse con el amor por Dios; y sin embargo en todo amor, aun el más carnal, hay una porción de este amor infinito, que se confunde con el ser mismo de Dios.

"Acerquémonos a Dios", dice Santiago (IV,8). "Dios se acercará a nosotros". En el interior del plan de Dios que se desarrolla en la historia, tocamos el Dios que habla (Heb. Y.1) que ama y que actúa. Todo está contenido en esta palabra de Jesús a Felipe: "Quien me ha visto, ha visto al Padre". La palabra "Ver" indica mucho más que la percepción de la mirada, en lengua semita que es concreta, significa una comprensión que envuelve todo el ser, la inteligencia, la afectividad, la voluntad y la sensibilidad. El "Dios sensible al corazón" de Pascal, capta todas las energías humanas. En la mística cristiana, Jesús se hace ver, habla al corazón el bien amado se expande como si Él se diera a sus apóstoles, a San Francisco de Asis, a Santo Domingo, a Santa Ángela de Foligno- "no es para la risa que Yo te he amado" - como dice Él a Margarita. En la exacta línea del Evangelio, podemos desprender algunas constantes de este Amor, su gratuidad, su totalidad, su universalidad.

La primera cualidad de un amor es su gratuidad. Un amor de temor o de deber, con mayor razón un amor nacido de una oportunidad, no es un amor. El amor de Dios está primero sin ningún mérito;- si nosotros definimos el mérito como un derecho a la recompensa de parte del hombre: "He aquí en qué consiste el Amor; no somos nosotros que hemos amado a Dios, sino que es Él que nos ha amado" (I Jn,IV. 10). San Pablo, el convertido del camino de Damasco, tiene una experiencia impactante; él canta las alabanzas del Padre, "!Habiéndonos predestinado para llegar a ser sus hijos de adopción por Jesucristo, según su voluntad, a la alabanza de la magnífica Gracia que Él nos ha regalado gratuitamente a través de su Hijo bien amado!" (Ef. 1,6).
Jesús a escogido como mensajera, a Margarita. La gratuidad sólo explica esta elección. Humanamente, Santa Teresa de Ávila o Santa Catalina de Siena, estaban en posesión de un estilo a fin de hacer pasar el lenguaje de Jesús a sus contemporáneos. Margarita no tenía nada que pudiera retener la mirada. Jesús la forma lentamente ¿"Quién pudiera quitarte lo que Yo tan deliberadamente te he dado"? ¿"Qué hay que yo no haya recibido"? dice el salmista. Es muy significativo que Jesús pronuncie estas palabras aquí, que a una primera lectura pudieran parecer extrañas "Yo te digo, habrán en todas partes almas pequeñas, hijas de nuestro amor".

Yo no he pedido nacer, dice a menudo el hombre desde Job: "Que se acabe el día en que nací y la noche que ha dicho: ¡un hombre ha sido concebido! (Job III, 1-2). La existencia de la vida divina es el fruto de un engendramiento espiritual. Ella ha nacido de la Cruz y Jesús, en la suoerabundancia de su amor la asocia a la Iglesia. La Comunión de los Santos permite a los cristianos asociarse a los méritos infinitos del Cristo de l Cruz, de participar de la redención del mundo, en el nacimiento de la vida espiritual en él...Jesús ha continuado su mensaje a Margarita diciendo "A quienes nosotros infundiremos con la vida la generosidad", generosidad que es el fruto de la vida divina.
Reflexionande en ello, la gratuidad de Dios se manifiesta desde la Creación, es el Bien difundido de Sí mismo que estalla fuera de la Trinidad, que se expande, además, en la Encarnación Redntora "Admira la trascendencia de tu Dios, que, en su amor, no vacila en descender hasta una ínfima criatura como tú, para colmarla de sus favores, sin ningún mérito de su parte" (9 noviembre 1967).




Capítulo IV


La Misericordia


Desde la creación del mundo, desde la creación de Adán y Eva, sabemos que el mal ha invadido el mundo. El mal físico, las catástrofes naturales, terremotos, inundaciones, volcanes que arrojan lava. El mal moral no es menos terrible: guerras, asesinatos, violaciones, divorcios, etc. Reguy decía ya: "El infierno parece, en ciertas épocas, desbordarse sobre la tierra". Además, el pecado individual es un permanente desafío de la criatura hacia su Creador.

Frente a este desafío del hombre, Dios, en Jesús, por su Misericordia infinita, recrea al hombre en su honra primera: "Yo quiero la Misericordia" dice Jesús.

Margarita, en nombre de Jesús, confía de una manera particular a la "Legión de las Pequeñas Almas" ella habla, incluso, de un estandarte marcado con el signo de la Misericordia. Juana de Arco tenía el suyo. Ella había bordado los nombres de Jesús y María. Pensemos en la doncella de Domremy "Ustedes combatirán, Yo los conduciré a la victoria".

¿ Por qué este signo de la Misericordia es tan importante en este mundo contemporáneo, tan esencial? Nos referiremos a la Encíclica de Juan Pablo II "Dives in Misericordia". El hombre del final del siglo XX necesita de la Misericordia para volver a encontrar su dignidad esencial de vivir.

¿Por qué este signo de la Misericordia? ¿Cuál es su exacto significado? ¿Por qué esta palabra y esta actitud del espíritu cristiano que ya no es tomada en cuenta para nada en el contexto socio-cultural de este fin de siglo XX?

La etimología de la palabra Misericordia es significativa: el corazón se inclina sobre la miseria, ya sea física, moral o espiritual, La invocación griega "Kyrie eleison" hace llamado a la Misericordia de Dios. Se la traduce "Señor ten piedad"; a decir verdad la mejor traducción sería "Señor ten ternura". La ternura, expresión del Amor, lleva a la piedad, posteriormente al perdón, a la reconciliación.

Jesús dirá a Margarita: "Mi Corazón sangrante que perdona, que olvida, que disculpa, que implora que tiene hambre y sed de Amor". Tales son los efectos de la Misericordia. Ella emana del Corazón de Jesús hacia los pecadores. Jesús le dirá con vehemencia a su privilegiada: "Mi Misericordia se impacienta".Nos damos cuenta que en el Corazón del Amor Infinito Trinitario revela la Misericordia. Enviando a su Hijo bienamado sobre nuestra tierra en un momento preciso de la historia, el Padre revela las entrañas de Su Misericordia.. Juan Pablo II se expresa así: "Es significativo
que los profetas en su predicación unan la misericordia de la cual ellos hablan a menudo a causa de los pecados del pueblo, con la imagen del Amor ardiente que Dios les lleva. El Señor ama Israel con un Amor predilecto, particular, semejante al amor de un esposo; es por esto que Él les perdona sus faltas y aún sus infidelidades y sus traiciones.. Si Él se encuentra frente a frente a la penitencia y a la conversión auténtica, Él restablece de nuevo a su pueblo a la gracia. En la predicación de los profetas "la misericordia significa un poder particular del Amor, que es más fuerte que el pecado y la infidelidad del pueblo elegido".

La Misericordia es el atributo supremo del Dios Señor de la historia, Señor de cada uno de nuestros destinos que se parecen cada uno en su globalidad con la historia del pueblo elegido. Nuestras vidas no están compuestas de pecado y de innumerables conversiones de arrepentimiento; "cuantas veces es preciso perdonar" le pregunta Pedro a Jesús, "setenta veces siete" le responde el Maestro. La cifra siete indica lo absoluto, lo infinito es la misericordia.
¿Por qué esta actitud del espíritu, este atributo mayor de la misericordia que envuelve la justicia de Dios como lo dice Juan Pablo II en su Encíclica "Redemptor Hominis" es incomprendida o rechazada por nuestros contemporáneos? . Entre numerosos motivos veo en occidente dos razones principales:
Por un lado la respuesta de la filosofía, de las luces en el siglo XVIII con sus reivindicaciones de igualdad; en otros términos, una justicia distributiva puesta al alcance de todo ciudadano. "Nada de caridad sino la justicia" desde las reivindicaciones utópicas de igualdad de oportunidades hasta la igualdad de los salarios y la nivelación por la base de toda cultura.
Luego es preciso reconocer que el marxismo, cuya práctica es el comunismo, tiene como motor el odio de clases, lo que es lo contrario a la caridad y la misericordia.

Es, por lo demás muy significativo que, en el Mensaje, Jesús presenta simultáneamente los dos atributos de la Divinidad: Justicia y Misericordia. Yo cito: "Una amenaza terrible pesa sobre el mundo. Debería pues adelantar mi hora? Tengan cuidado que Mi Misericordia no se borra delante de Mi Justicia". Los profetas han hablado así, anunciando el cautiverio de Babilonia y, Jesús, ¿no decía que el templo de Jerusalén iba a ser completamente destruido?: "Ellos (los enemigos de los judíos) no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque tú no has reconocido el tiempo en que fuiste visitado" (Lc. XIII 44).
Sin embargo Jesús proclama paralelamente "Mi Misericordia está deseosa de derramarse, la retiene Mi Justicia" (22 octubre 1965).
Jesús es el Verbo Encarnado. Se le puede otorgar el atributo de la misericordia. La prueba fue dada por la Redención, los sufrimientos de la Agonía, de la Pasión, de la crucifixión, de la Muerte en la Cruz. La alianza definitiva que es misericordia y perdón, ha sido sellada de una manera definitiva hasta el fin de los siglos, por la Sangre del Hombre Dios.

Escuchen esta ternura: "Mi pequeña hija, Yo te he dado la vida para retomarla (la vida divina dada en el bautismo). Que ella sea, al contrario, la prolongación del amor para todos ustedes".

Es preciso aquí referirse al Evangelio "Yo quiero la Misericordia" - los pecadores tienen gran necesidad de misericordia - evocar la Samaritana, María Magdalena, la mujer adúltera y Zaqueo "Yo he venido a salvar lo que estaba perdido". Él perdona a Pedro que lo ha negado en tres ocasiones.

Haciendo esto, Jesús restablece los derechos imprescindibles de la Justicia, "Oh, mi pueblo insensato deja pasar Mi Misericordia, no le cortes el camino con tu iniquidad; Mi Justicia es más sabia que tú, puesto que se borra delante de ella". El Santo Padre habla de la Justicia, puesto que los pecados de los hombres se encuentran compensados por el sacrificio del Hombre Dios. "Sin embargo esta justicia, que es en sentido propio a la medida de Dios, nace enteramente en el Amor".

Juan Pablo II traduce en forma excelente a Santo Tomás (I-9,21,3). Cuando Dios actúa con misericordia, no es que Él haga nada contra la justicia, sino que Él eleva su acción por encima de ella; es una plenitud de justicia, reconstituir una cosa; perdonar es dar algo. El Salmo (XXV, 10) nos dice:"¿ La misericordia es dar la felicidad?" He aquí la magistral conclusión de Santo Tomás; "La obra de la justicia divina presupone siempre una obra de misericordia y se apoya sobre ella en razón de la sola bondad divina que es el supremo fin".
De Santo Tomás a Juan Pablo II vemos el idéntico Mensaje de Jesús a Margarita. Si tuviésemos necesidad, tenemos la confirmación que no hay más que una sola Verdad.



Capítulo V

La respuesta al Amor Misericordioso:
La Ley y la Gracia


Cierto está, la respuesta del hombre al Amor Misericordioso engloba al ser humano por entero, la vida humana en su totalidad. Platón ya lo había percibido: "Es preciso ir a la verdad con toda su alma". Un ejemplo, el "si" de la respuesta de la Virgen María tiene una significación definitiva.

Precisamente el hombre moderno, ha perdido a menudo el sentido de su existencia. Antes de hablar de la humildad, de la pequeñez, que son virtudes evangélicas, ¿no hay que recordar vigorosamente la ley? Dios Yahvé ha hecho progresivamente la educación de su pueblo. Todos los filósofos y pedagogos de este fin de siglo XX reconocen ahora que el niño necesita barreras protectoras para hacerse un hombre.
"Que vuestros ojos y vuestro corazón se aparten de lo que es contrario a Mi Ley, por la obediencia a mis mandatos" (30 marzo 1967). He aquí un llamado esencial a nuestra época, donde las guerras son asesinas, el aborto banalizado, el adulterio frecuente, siempre mas divorcios, los robos numerosos. La mayoría de los católicos transgreden la ley que fue dada por Dios a Moisés en el Sinaí. Es bueno recordarla en su tenor primitivo:

"No tengas otros dioses fuera de Mí".
"No esculpirás ninguna imagen, nada que se parezca a lo que está en los cielos, o en las aguyas o bajo la tierra".
"No te postrarás delante de esas imágenes ni las servirás, pues YO Yahvé Tu Dios, Yo soy un Dios celoso que castiga".
"No pronunciarás el nombre de Yahvé (Yo soy el que soy) en falso, pues Yahvé no deja sin castigo a quien pronuncie su nombre en vano".
"Acuérdate del DIA sábado para santificarlo, durante seis días tú trabajarás y harás tu obra, pero el séptimo día es un sábado, día de descanso, consagrado a Yahvé tu Dios".
"Honra a tu padre y a tu madre a fin de tener una larga vida sobre la tierra que Dios te dá".
"No matarás".
"No cometerás adulterio".
"No robarás".
"No darás testimonio falso sobre tu prójimo".
"No desearás la casa de tu prójimo".
"No desearás la mujer de tu prójimo ni su servidor ni sirvienta, ni su buey, ni su asno, nada que sea de él (Ex.XX 1-17)".
Es preciso ver bien que estos mandamientos de Dios corresponden al órden natural querido por Él, que Él ha inscripto en el corazón de cada ser humano y lo que escribió Dios en nosotros es la voz de nuestra conciencia que se ilumina cuando nos enseñan bien los Mandamientos de Dios. Por eso coinciden en buena parte con las indicaciones Hammourabi de los asirios-babilonios y en las prescripciones de Aganaton en Egipto, anterior a la ley mosaica (a la ley que Dios dio a Moisés en el monte Sinaí y que acabamos de transcribir. Ellos nacen del órden natural y coinciden para todos los hombres en la medida que no han sido alterados a través de las reglas por las que enseñaron la religión natural y el órden natural.

El conjunto de la ley está resumido en el "Shema": "Escucha Israel: Yahvé nuestro Dios
Es el único Yahvé. Tú amarás a tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu poder" (Deut. VI 4-5).
Jesús no ha venido a abolir la Ley y los profetas sino a cumplirla (Mt. V, 17) ¿Maestro, le pregunta un fariseo, cuál es el mandamiento más importante de la Ley? "Jesús le dice: "Tú amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y toda tu mente". Este es el primero y más importante de los mandamientos. El segundo es: "Tú amarás a tu prójimo como a ti mismo", a estos dos Mandamientos se refiere toda la Ley, así como a los profetas. (Mt. XXII, 36-40).

No es sorprendente constatar que Jesús recuerda a menudo a Margarita el don de la Gracia y lo que incluye: "Yo no he venido a enseñarte novedades, sino solamente a recordarte las que ya conoces" (12 febrero 1967).

Ciertamente no encontramos en el Mensaje una teología de la gracia, pero distinguimos bien en él sus componentes.
La Gracia o la Vida Divina (que recibimos en el bautismo) va acompañada de las tres virtudes teologales, la Fe, la Esperanza y el Amor. Constantemente Jesús nos hace crecer estas virtudes, y a menudo las menciona separadamente "Yo soy tu esperanza" (15 mayo 1967). Él pide estar "a la escucha de su Palabra" (22 mayo 1967), lo que pide es la Fe, "Yo quiero probar tu fe. Cree y adora a tu Dios con todas tus fuerzas" (15 junio 1967). Y Margarita asimila bien todo lo que Jesús le dice constantemente y dice: "Tres palabras resumen mi vida: "Yo he recibido, he creído, he amado".
Margarita está lúcida en el don de la Gracia que le fue concedida.

"He recibido" es todo el misterio de la elección divina ¿Por qué Abraham? ¿Por qué la elección de los apóstoles?¿ Por qué tal o cual santo privilegiado desde la infancia como Santa Teresa del Niño Jesús? ¿Por qué Margarita ha sido escogida para llevar un mensaje al mundo? A decir verdad, todo cristiano consciente de su gracia bautismal, deberá hacerse la pregunta. El 29 de Enero de 1967 Jesús le dice: "La finalidad de mMi Mensaje es la siguiente: Conocimiento mas profundo de Mi Amor hacia los hombres".

En otros términos, Dios, que es mejor que nuestro corazón, toma siempre la iniciativa; la gracia es gratuita; el hombre no puede procurársela a sí mismo. San Agustín, el Padre de Foucauld, Margarita, son convertidos.

Este don de Dios, no es otra cosa que la presencia en el alma de las Tres Personas Divinas. Ellas no son inactivas, Ellas hacen participar al hombre en el designio de la Sabiduría que es el de la Encarnación Redentora en su plan sobre el mundo: "El Espíritu está llamado a reinar sobre el mundo, a reprimir todo engaño y a restablecer la verdad en toda su luminosidad. Aquel que pone un obstáculo al plan divino es culpable de traición hacia su Dios" (19 junio 1967).

"He creído" dice Margarita. Creer es estar con todo su ser en la verdad divina que es para el cristiano la Persona misma de Cristo. Dios ha hablado por los profetas, por su Hijo. La palabra de Jesús:"Los hombres, bajo el efecto de Mi Gracia, son como brotes de Mi Pensamiento". El hombre es creado a imágen de Dios. "La luz de la Santa Fe, escribe Santa Catalina de Siena, permite al hombre conocer la verdad de Dios sin equivocarse". "Por la Fe, dice Santo Tomás, el creyente toca la realidad divina". (IIa, IIe, Q.I., art 2, ad 2).

"He amado". La lectura de los dos tomos lo prueban fehacientemente, Jesús, por lo demás, la tranquiliza a menudo de una manera explícita: "Hija mía, tienes la conformidad de tu voluntad a Mi Voluntad". Repitámoslo: amar es buscar el bien del otro; amar es querer, querer, dice Santo Tomás "Ahí se encuentra el secreto de la oración permanente. El canto del amor se hace oir en el día de la abundancia y en la noche en la sequía": La noche es la noche de la fe. Margarita conoce este vocabulario tomado de San Juan de la Cruz: "Pero es de noche..." . Psicológicamente el alma percibe más la ausencia de Dios que su presencia.

"En el alma que me ama Yo estoy siempre para mecerla y renovarla".

Una intimidad fuera de lo común se crea entre Jesús y Margarita "Yo estaría infinitamente triste si tú dudaras de Mí" (15 junio 1967). Analógicamente, muy a menudo se podría pensar en un diálogo de amor. La gracia de Dios se despliega en toda su alma, corazón y espíritu.



Capítulo VI

Los efectos del Mensaje


Nosotros querríamos, en este capítulo, describir los efectos en el alma, de este mensaje recibido y vivido.

1) El amor unifica todas las potencialidades del alma (Prima intentio: executio finis). La intención primera es el deseo para Margarita y también para una pequeña alma, de responder a los requerimientos divinos, de llegar a ser un alma de niño, a decir verdad, un alma evangélica.

¿Cómo se traduce en la vida diaria este mensaje? La gracia es la energía dinámica de todo ser; ella inspira todos los actos dándoles un significado cristiano. Maurice Clavel, con mucho humor, se llamaba "periodista trascendental". En definitiva, el "peso del amor" del cual habla San Agustín, arrastra todas las facultades del espíritu y del corazón. Santa Teresa de Ávila decía que: "Dios se encontraba en medio de los hornos".

2) En primer lugar, la gracia viene a colmar la soledad existencial del hombre. Jesús le dice: "Tú encuentras tantas almas muertas". Las "almas muertas" de Gogol, el escritor ruso, son espíritus ocupados únicamente de las realidades terrenales: el dinero, el placer, la ambición de dominar, el poder. Las pequeñas cosas de la vida no vienen a colmarles; de allí que encontramos tantos seres irritables, agresivos, cobardes, no sabiendo tomar en sus manos sus responsabilidades. El parecer ha reemplazado al ser. El escepticismo de la sociedad ataca duramente la adolescencia y la hiere gravemente.
Algunos jóvenes buscan con avidez los paraísos espirituales en la droga, el robo, la velocidad en la moto, etc. Cuando se catequiza a un adulto y cuando se le pregunta al cabo de seis meses, antes del bautismo: ¿"Encuentra cambios en su vida"? Ellos responden, ya sean estudiantes u obreros, diplomáticos o farmacéuticos: " Ya no estoy solo". Dan una idéntica respuesta si están casados o no. Lo puedo testimoniar. La Divina Presencia que colma, provoca la respuesta.

Jesús nos enseña, por lo demás, en su espíritu, lo que escuchamos llega a ser nuestra respuesta. Lo que aparece mas a los ojos del mundo, es la fuerza vivida de un Amor que aporta las certezas de la verdad sobre todos los combates que el cristiano lleva a cabo a lo largo de su vida. Alrededor de cada uno de nosotros ningún ambiente escapa, las conciencias están anestesiadas. Yo me uno a Soljenitsyne cuando escribe en "El error del Occidente" "Una palabra de verdad pesa mas que el mundo entero. Dios no es fuerza sino verdad". En otros términos"nuestra fuerza es la verdad que nos hace libres" (Jn. VIII, 31) por lo tanto hace libres a los cristianos para que lo proclamen "El hombre sin Dios no es verdaderamente hombre". Jesús le dice a Margarita: "Yo estoy ausente solamente para los corazones débiles, que dudan de MI Bondad.". Pues precisamente la mente de la sociedad ha sido influenciada por los maestros de la sospecha, Nietzche, Freud, Marx, que han arrojado a Dios de la conciencia del hombre. Jesús desea "pequeñas almas verdaderas para luchar contra la hipocresía y la mentira;" pequeñas almas confiadas, para luchar contra el pesimismo" (17 febrero 1970).

3) Las pequeñas almas que son sensibles al Amor Misericordioso se harán inevitablemente la pregunta "¿Cómo llegar a ser un alma de misericordia?"
Por extraño que esto pueda parecer es indispensable que el alma tome primero conciencia de sus limitaciones, limitaciones de su inteligencia, de su corazón, en el tiempo y en el espacio.
Cada ser toca su propia nota en la sinfonía del universo. Y un violín no es violonchelo; a cada ser humano le ha sido dado hacer fructificar sus talentos. Además es necesario conocer lo que se puede realizar sabiendo la fragilidad y la vulnerabilidad de su temperamento, su capacidad intelectual, su carácter, etc. El "conócete a ti mismo" de la sabiduría griega inscripto sobre el frontón del templo de la Pithye en Delfos, corresponde al conocimiento de sí mismo en Dios.
¿Qué recomienda Santa Catalina de Siena? "Yo soy el que soy, tú eres el que no es" . El pensamiento antiguo permanece cerrado sobre el mismo. Según Jesús, el hombre tiene acceso a la trascendencia: "El que me ve, ve al Padre" dice Jesús (Jn. XIV, 9) y Jesús le dice a Margarita:"El conocimiento de tu bajeza atrae mi misericordia que se precipita para colmarla". "El Magníficat" expresa la misma realidad. La humildad de María atrae la misericordia que se extenderá de generación en generación. "El abismo atrae al abismo" había dicho el salmista.. El abismo de la miseria del hombre postula al abismo y también a la grandeza. "Esta parte del hombre reservada para la trascendencia" decía Malraux.

"Somos algo y no somos todo; lo que tenemos del ser nos oculta del conocimiento los primeros principios que nacen de la nada; y lo poco que tenemos nos oculta el infinito" dice Pascal.

Es preciso pues, aprender a conocer "este poco" que nos oculta el infinito. Jesús le dice a Margarita: "En cada hombre, hay siempre un punto flaco al cual debe caer toda su atención. Para algunos, es el apego inconsiderado al dinero, para otros, es el orgullo con sus estragos, y esto hace que por poco están dispuestos a canonizarse. Para éstos, en fin, es el amor propio, el resentimiento. No saben perdonar una ofensa y dicen que me quieren" (18-07-1966).

Pongamos atención al lenguaje con que Jesús habla a Margarita. Ésta no comete pecados sino imperfecciones: "No estés triste por tus imperfecciones. Ten confianza en Mí. Yo te amo. Aumentaré en tu alma la capacidad de sufrir por Mi Amor". Volvemos a encontrar el mismo propósito, en Santa Teresa de Ávila (cito de memoria) "Al ver como usted trata a sus amigos, no es cómodo pertenecer a ellos".

Jesús da a Margarita la gran percepción sé su Amor de Misericordia: "Ves, hija mía, no hay peor ciego que el que no quiere ver. Ya en ese momento, Yo sufría por ti. Yo te conocía y tú estabas en Mi Corazón. Yo te he engendrado en el Sacrificio Sangrante de la Cruz". Lo que dice Jesús a nuestra mística es verdadero para cada hombre, desde el primer habitante en este planeta hasta el último. Tenemos en estas palabras el misterio de la redención, de la re-creación del hombre, dicen los padres griegos de la iglesia.

Hemos analizado la misericordia de Jesús frente al hombre. Podemos medirla examinando si tenemos un corazón evangélico. "No juzguéis" dice Jesús. Por lo demás, en el gran fresco del Juicio Final, se nos dice que será juzgado en el amor, si hemos sido caritativos, si hemos vestido al que estaba desnudo, visitado al prisionero, etc.

Aquí abajo, en la tierra, dice Jesús "tu recibes y das". Retendré igualmente esta palabra de Jesús que muestra la manera de expresar la misericordia: "Para salvar las almas se necesita mucha ternura. El que no posea este deseo, no puede ser verdaderamente una pequeña alma". Reencontramos la palabra de Jesús: "Mi Misericordia tiene derecho a existir, pues ella brota de Mi Amor por ustedes". Es el punto de partida del Mensaje. Nuestra misericordia no es mas que una participación de la Misericordia de Dios, como lo recuerda Juan Pablo II; ella hace existir a los otros en la plenitud de su dignidad de hombre.

La prontitud para ponerse generosamente al servicio del prójimo, es un signo que el alma vive en estado de gracia. Santo Tomás declara que en su libro más importante: la" Summa Teológica", él hace la pregunta en el capítulo o tratado de la gracia divina"¿El hombre puede saber con certeza que está en gracia de Dios?". Con certeza absoluta, no; "nadie sabe, dice la Eclesiasta, si él es digno de amor o de odio", es imposible darse cuenta. Nosotros no vemos a Dios, Dios solo juzga los corazones hasta lo mas profundo de sus células.

En la primera parte de este capítulo, hemos establecido que Dios sólo colma la soledad del hombre; en la segunda, que el cristiano puede participar en el Amor Misericordioso. Estos dos efectos de la gracia en él, el hombre puede detectarlo en lo profundo de su ser.

Santo Tomás agrega: " la conciencia de no estar en estado de pecado mortal. De hecho el pecador es un ser desequilibrado. Don Juan no es feliz, no lo es mas que Harpagon o el hombre de la ambición. El asesino, el terrorista, el que vive del fraude, etc., son seres atormentados, y la experiencia nos demuestra que ellos se lanzan en una huída anticipada, en un activismo sin freno que les evita entrar en ellos mismos: La voz de la conciencia les ha llegado a ser insoportable".

Santo Tomás agrega dos efectos positivos: la paz y la alegría.

"El que es guiado por Mi Espíritu posee en él su fruto: la paz" La definición de San Agustín es conocida: "La paz es la tranquilidad del orden, no del impuesto por la contrariedad sino el orden resultante de una libertad consentida: "La verdad os liberará" dice el Señor. San Agustín puede hablar entonces de "gaudium de veritate". La alegría de plenitud, se debería traducir (laetitia, es la alegría superficial) (serenitas traduciría más bien la ausencia de pasión).
Margarita se expresa simplemente:"Oh Señor, que la alegría de darte no sea comprimida por el temor, sino que ella arrastre el alma hacia más generosidad, más olvido de ella misma, más amor...".

Jesús lo afirma: "Mis pequeñas almas, ustedes no encontrarán la felicidad en las alegrías de este mundo, sino únicamente en mi búsqueda". El hombre que busca la alegría de vivir el instante presente en forma egoísta, no conoce la alegría de Dios. "Valemos lo que valen nuestras alegrías". El placer es pasajero, dice Santo Tomás. El hombre se da cuenta que ha pasado al lado de la felicidad sin percibirla. La alegría, fruto de la paz, puede coexistir con grandes pruebas dolorosas; en el cristiano, nada está perdido. La alegría tomará su fuente en el corazón de Dios; ella pertenece, con seguridad, a aquel que vive la obediencia de la fe y adapta sus deseos a la voluntad del infinito Amor de Dios.




CAPÍTULO VII

El amor al prójimo


El amor a Dios, que brota del Corazón de Jesús es inseparable del amor que el discípulo de Jesús debe tener al prójimo.

Dios, al quien Clemente de Alejandría llama el "Divino Pedagogo", ha formado lentamente a su pueblo privilegiado, Israel. Él le ordena honrar padre y madre para que la herencia espiritual dure: Es un artículo de la Ley (Ex. XX, 12). Las ordenanzas del Levítico son numerosas. Si cito algunas, la razón es que ellas fundan una civilización que se designa con el nombre de judío-cristiana. Nuestras raíces están en la antigua alianza: "Ustedes no cometerán injusticia en las sentencias. Tú no harás favores al pequeño ni te dejarás encandilar por el grande; es según la justicia que tú juzgarás a tu compatriota. No sentirás odio por tu hermano. Tú debes reprender a tu compatriota así no tendrás la carga de un pecado. No te vengarás y no guardarás rencor hacia los hijos de tu pueblo. Tú amarás a tu prójimo como a ti mismo". "Yo soy Yahvé", (Lev. XIX, 15m, 17, 18.).

El Nuevo Testamento es más explícito: "Amando al prójimo, a quien se ve, se tiene la certeza de amar a Dios, a quien no se ve". (Jn. IV, 20). Juan, el apóstol bienamado, vuelve a tomar la enseñanza tradicional que Marcos pone en labios de Jesús: después de una discusión, un escriba se aproxima a Jesús para preguntarle "¿Cuál es el mandamiento más importante de todos? Y Jesús va a responder por el famoso "Shema" que resume Ley y profetas. El primero es: "Escucha Israel, el Señor nuestro Dios es un solo Señor y tú amar{as al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu espíritu, con todas tus fuerzas". El segundo es éste: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otros mandamientos mas grandes que estos". El escriba vuelve a tomar las palabras de Jesús y Jesús viendo que habla respondiendo sabiamente, le dice: "Tú no estás lejos del Reino de Dios" (Mt. XII, 28, 34). Pedro resume toda la vida pública de Jesús y su ministerio diciendo al Centurión Cornelio: ... "El que ha pasado haciendo el bien". (Ac. X, 38). Una palabra de Jesús a Margarita nos persuade de la necesidad actual de amar al prójimo: "Olvida tus problemas personales para recordarte de los míos".

Es preciso citar el diálogo del 22 de noviembre de 1965:
Margarita: "Yo quiero amarte Mi Jesús; oh, cómo quiero amarte más y más".
Jesús: "Para amarme, ¿qué debes hacer?.
Margarita: "Yo debo amar a los otros, pues es en ellos donde yo te encuentro".
Jesús: Para amar a los otros ¿qué debes hacer?.
Margarita: "Debo dedicarme a ellos sin cesar, prestarles servicio según las circunstancias que se presenten".
Jesús: "Muy bien. Tú no te perteneces ya. Anda a donde Yo te inspire. Estoy contigo. Yo multiplicaré las ocasiones de darte, hasta el sacrificio total de ti misma al Amor, mi hija querida. He aquí lo que Yo quiero de ti. Entrégate al amor, con alegría".

El amor al prójimo nace del corazón de las Tres Personas Divinas. El amor de Jesús es infinito, universal, puede darse a los demás sin contar. El 11 de noviembre de 1965 Jesús le había dicho: "La Santa Trinidad ha establecido en ti su morada. Sé atenta a esta presencia, mi hija querida. Un día te dije: "Yo te desposaré en la alegría". Este es el preludio. Entrégate a los demás sin medida".

Jesús, en otro pasaje del mensaje, quizá más significativo, expresa la misma verdad: "El bien que un alma saca del trato amistoso conmigo, debe estar al servicio del prójimo. Yo no enriquezco jamás a esta alma únicamente para ella misma, sino para que ella dé a los demás lo que ha recibido de Mí. Si haces esto, tu recompensa será grande en el cielo". (1 noviembre 1966.
Tal es la ley evangélica. Jesús llama hacia Él, gratuitamente, a sus apóstoles a quienes no hace servidores sino amigos: "ven, sígueme" y Él les dice: "vayan a enseñar... bauticen". Doble movimiento el del corazón humano, diástole - sístole y la sangre fluyen hasta las extremidades del ser humano. Desde hace 20 siglos la palabra recibida es difundida, proclamada hasta las extremidades del mundo. Las riquezas espirituales que un cristiano adquiere no le pertenecen ya, él debe transmitirlas. Él es un enviado en misión, desde su bautismo. El cristiano no es propietario de la Palabra. La expresión "tener o no tener" fe es impropia. Es la Palabra de Dios que invade el espíritu, el espíritu la asimila, el hombre es transformado; habitado por la Palabra, el llegar a ser entonces testigos de la Palabra, sea laico o sacerdote.

En otros términos, el hombre de la misión no es más que un instrumento en las manos del Maestro; él es artesano de la paz; reconcilia, perdona en nombre de Jesús. Al día siguiente de la guerra 1939 - 1945, políticos - De Gaulle, Adenauer, De Gasperi con Robert Schumann - han esbozado una Europa nueva fundada en la reconciliación; los padres cristianos enseñañ a sus muy pequeños hijos a abrazarse y al perdón, depués de pequeñas peleas.

Jesús va formando a Margarita: "Tus obras te siguen en los deheredados de la vida. Si tú no puedes siempre aliviar su pena, dales la limosna de una sonrisa, de una oración. Yo estoy en todos y en cada uno de ustedes", Sor Teresa de los Andes, Santa Rosa de Lima, quienes han llegado a ser personajes mediadores; pero nosotros tenemos que tocar cada uno nuestra propia nota en el inmenso concierto de la Creación y Salvación. Se nos pide cantar esta nota en el momento preciso. Una madre de familia numerosa me decía: "El rol de una madre es hacer pasar por su corazón el Amor infinito de Dios , a todos sus hijos". Ella los amará a cada uno con un matiz diferente de ternura. No hemos terminado jamás de amar a Dios; no hemos terminado jamás de amar al prójimo ¿por qué? Santo Tomás dá el motivo: "La razón de amar al prójimo es Dios, pues lo que debemos de amar en el prójimo, es que en él está Dios".
El prójimo. Hay un orden en el amor que nosotros debemos llevarle: amor familiar, amor del bien común en la empresa, en la ocupación de cualquier puesto, amor a la patria, tantas razones de manifestar nuestra caridad, que hoy día corre el riesgo de no ser entendidas.
Los medios de comunicación, sobre todo la radio y la televisión nos informan sobre la miseria en los cuatro rincones del mundo: "tercer mundo, cuarto mundo. No basta para un escritor, un periodista, un hombre político, el dar una firma de protesta. El hombre moderno se culpabiliza a menudo por causas que no comprometen directamente su responsabilidad.

La caridad de todos los días es mas difícil vivir con el vecino inmediato, entre esposos, con los hijos, y aún entre religiosos y religiosas en sus comunidades respectivas. Según su grado de sensibilidad, las antipatías o simpatías son difíciles de equilibrar.

Al dia siguiente del Concilio Vaticano II (1962-1965), numerosas personalidades en la Iglesia hacían una interrogación"¿La Iglesia, ha perdido el lenguaje para dirigirse a los hombres?. Desde 1978, Juan Pablo II en sus numerosos viajes, reúne a las multitudes y habla la lengua más tradicional posible. La fe no se inventa. La moral cristiana tendrá siempre por fundamento último la Ley natural depositada en la conciencia humana por el Creador. Jesús le dice a Margarita: "El amor no tiene mas que un solo lenguaje y es comprendido en todos los países del mundo. Para que el encuentro se haga, no se necesita más que el consentimiento del alma". El poeta Milosz se expresa así: "El lenguaje reencontrado de la verdad, no tiene nada nuevo que ofrecer. Despierta solamente el recuerdo del hombre que ora". El Mensaje de Margarita en su sencillez ¿no es el lenguaje del amor infinito que todos los hombres buscan a tientas?

¿Cuál es el lenguaje reencontrado de la verdad? Cuando lee el Evangelio vemos que Jesús se identifica con el niño: "Quien reciba a uno de estos niños a causa de Mi Nombre, me recibe, t quien me recibe, no es a mí a quien recibe sino a Aquel que me ha enviado". (M. IX, 37).
Jesús afirma también: "Ustedes tendrán siempre pobres entre ustedes, pero a Mí no me tendrán siempre". (Mt. XXVI, 10-12).
En el gran fresco del Juicio Final, Jesús se identifica con aquel que ha tenido hambre, sed, que estaba sin ropa, sin techo, enfermo, en prisión: "lo que ustedes han hecho a cada uno de estos pequeños, es a Mí que me lo han hecho" (Mt. XXV, 31-40).
Hay una frase de Margarita que indica bien esta identificación entre Jesús y el hermano: "Me gusta tanto descubrirte en mis hermanos, es para mi una fuente de alegría sorprenderte en ellos. T si amo tanto a los en quienes te percibo, los otros, privados de semejante bien, me parecen tan dignos de compasión que no puedo sino amarlas y desear el mismo favor para ellas. Pues, ¿qué mas grande desgracia que no conocer ni poseer semejante tesoro? Tú eres EL ÚNICO y nadie podrá jamás igualarte en mi corazón". (27-01-1967).
Margarita resume aquí perfectamente la identificación entre Jesús y sus hermanos los hombres. El amor de Dios unifica nuestro ser, pues en un último análisis es Él quien dirige todos nuestros actos, dice Santo Tomás.
¿Cómo llegar a un amor verdadero hacia el prójimo? El lector del Mensaje podrá asombrarse de la explicación precisa de Jesús. Éste advierte a Margarita:"Quiero poner a mis hijos en guardia contra esta tendencia a hablar de cosas insignificantes. Cuando te acuerdes de Mí en una conversación que no es edificante, retírate sin que lo noten. No deseo que te exteriorices". (1-12-1965, al final). Allí, aun Jesús le enseña una justa medida, lejos de las calumnias o de los juicios temerarios. Sin contar la pérdida de tiempo, es increíble lo que los hombres y mujeres pueden pecar con la lengua... orgullo o vanidad se despliegan, juegos estériles del espíritu, buenas palabras que a menudo hacen daño. Jesús prefiere que uno se retire sin hacerse notar" (1-12-65).
La justa medida para todo, es dar a cada uno, exactamente lo que le corresponde. La medida se llama igualmente cortesía, buenas maneras fruto de la caridad, tanto mas difíciles para vivir, ya que vivimos en un mundo individualista donde la iglesia no interesa mas que a una minoría.

Por lo demás, nos damos cuenta que los hombres tienen mucha dificultad en comunicarse entre ellos. Este mal de la incomunicación de los seres entre sí, más particularmente en el interior de la pareja, es un tema privilegiado en el teatro, con Pinter, Beckett,, en el cine con Bergman y Antonini. Se habla mucho del diálogo, pero cada uno hace muy a menudo la experiencia de la soledad.

¿Cómo el cristiano va a transmitir este mensaje?

Pablo VI ha hablado de la civilización del amor: "No tengan miedo, abran de par en par las puertas a Cristo" dice Juan Pablo II en su primer discurso en la plaza San Pedro, en 1978. Jesús dice a Margarita y a nosotros: "No tengáis miedo de decirme y volverme a decir vuestro amor". (27-01-67).
Margarita contesta:"Al quererte, mi corazón no ha amado nunca tanto a los otros, ni deseo con tanto ardor su avance y el bien de sus almas".

"El fin de mi Mensaje, helo aquí: Conocimiento más profundo de mi amor hacia los hombres" (29-01-67).

¿Cómo se traduce el amor al prójimo? 1) El don de sí; 2) El perdón; 3) Ser artesano de unión y por lo tanto de la paz.

1) El don, es la expresión más fuerte del amor. El don recíproco en el interior del acto conyugal, está reflejando el amor de las Tres Personas Divinas. El don que va hasta la muerte es el martirio: "No hay mayor prueba de amor que dar su vida por los que se ama" ha dicho Jesús.
Cuando se observa al mundo, uno percibe que el hombre está sobretodo en la búsqueda de su ego; de este yo despreciable del cual hablaba Pascal. Es preciso reconocer que en el filo de la existencia, intervienen siempre los impulsos de la agresividad, las pasiones de la concupiscencia, debido a las diferencias de temperamentos, de cultura, de sexo. Es difícil vivir todos los dias en armonía con el otro; el soportarse mutuamente puede llegar a ser una cruz ¿Es preciso asombrarse por esto? Jesús ha sufrido por la lentitud de los apóstoles para creer en Él, con sus carencias: "Cómo vuestros corazones son lentos para comprender"!

2) "Ama, el perdón, consuela", le dice Jesús a Margarita.
Al momento de morir Jesús en la cruz, pronuncia esta frase: "Padre perdónales, porque no saben lo que hacen". En el perdón de las ofensas se reconoce el verdadero cristiano. A lo largo de la vida los conflictos surgen. Nos damos bien cuenta en el ejercicio de la política: no se perdona tal o cual actitud, cada uno se observa, hay tan poco amor. El hombre, a menudo es un ser de resentimiento, dice Max Scheler. Es un lobo para el hombre, dice el filósofo inglés Hobbes. Puede suceder que seamos víctimas de injusticias, de incomprensión: el cristiano se apoya entonces en Cristo, quien le enseña su perdón; Cristo perdona, por así decirlo, en su lugar.

3) El hombre con amor al prójimo, es artesano de unión y paz. Hay seres que por donde pasan crean incidentes, (a menudo lanzando flechitas); hay otro que son provocadores: se complacen en poner a la gente unos contra otros, Jesús le repite a Margarita: "Mis muy amadas pequeñas almas, construyan entre ustedes el lazo poderoso de la caridad fraterna". El cristiano es el hombre del diálogo. Etimológicamente, dia-logos es la palabra que circula entre dos seres. El diálogo supone escuchar y el discernimiento que consiste en saber retener en todo pensamiento, doctrina o reivindicación, una parte de la verdad. Esto es verdadero en las relaciones entre padres y adolescentes, en el interior de una empresa, en los conflictos sociales e internacionales.
Tales son las condiciones para vivir el amor del prójimo; don de sí, perdón, deseo de paz. El amor del prójimo no es un amor desencarnado, toma al hombre completo en el realismo de su vida concreta. Cada cristiano prolonga así en la historia, la Encarnación Redentora.









CAPÍTULO VIII


La oración: acto de virtud de la religión



El Mensaje de Margarita nos enseña mucho en el dominio misterioso de la oración. Va a informarnos acerca del lugar que debemos darle en nuestra vida.

¿La oración, no es la expresión del alma religiosa? Nosotros la volvemos a encontrar en todas las religiones del mundo. Precisamente, la oración es el acto que une al hombre con Dios. El psicoanalista suizo Jung, ve ahí la expresión del "arquetipo" del alma humana. La oración es una de las necesidades fundamentales del hombre, como la de la seguridad, pues el hombre es un ser de miedo, de cobardía. Mas que nunca en este fin de siglo XX, su necesidad se impone.

Margarita, en el nombre de Jesús, escribe: "La Iglesia atraviesa una grave crisis. Es preciso orar, orar sin cesar. Todo debe entrar en el orden".

El hombre de hoy ha adquirido tal poder sobre las fuerzas de la naturaleza que su tentación suprema es la de sustituir a Dios: en el dominio científico de la información, la biogenética, la conquista del espacio; cuántos progresos en 20 años; mientras mas progresa la ciencia, más me parece que Dios se pierde en los confines del horizonte humano. El hombre moderno piensa más en los derechos del hombre que en los derechos de Dios, por lo tanto en sus deberes hacia Él. La verdadera libertad consiste en obedecer al que es más grande que uno; la igualdad no es aceptable más que en el reconocimiento de las leyes divinas que nos comprometen a todos; la fraternidad no es otra que el gran Mandamiento de Amor de Yahvé: "Tú amarás al prójimo como a ti mismo". Para vivirlos, el hombre, dejado a sus propias fuerzas, no puede practicarlos. La oración llega a ser una necesidad: "Ora, ora por todos tus hermanos" dice Jesús a Margarita. Para orar así "penetra en la inmensidad de su Santa Presencia, de su bondad, de su misericordia infinita".

En definitiva, ¿cuál es la meta de la oración sino la unión con Dios? Numerosos cristianos son llamados buenos pensadores, practican ritos, hacen conscientemente su trabajo, pero han descubierto que la oración es precisamente el acto que pone en relación a todo el ser con este otro ser que es Dios.

"Dios ha llegado a ser alguien en mi vida" dice Claudel. En el Mensaje, ustedes tienen esta exacta formulación: "un solo corazón en una sola alma". Nos unimos a San Agustín: "Alguien que ha llegado a ser más íntimo de mí mismo de lo que yo soy conmigo mismo" (Confesiones.
Es preciso recordarse que la oración no es más que la respuesta de nuestro ser a este Dios que nos ha amado primero; la oración es una respuesta a la petición de Dios que quiere "adoradores en espíritu y en verdad" y es preciso volver a estas otras palabras de San Agustín: "Tú nos has hecho para Ti y nuestro corazón no estará tranquilo hasta que descanse en Ti" (OP. Cit. Cap.1).

Todos los hombres buscan vanamente la felicidad en el mito del alma gemela. El filtro amoroso por Tristán que lo vuelve enamorado de la blanca Yseult no dura más que un tiempo. Dios propone un amor eterno. Al escribir estas líneas, pensamos en las parejas que sucumben en las dificultades de la vida y no han puesto a Jesús en la intimidad conyugal.

Jesús da a Margarita la manera de orar: "Olvida tus problemas personales para recordarte de los míos".

Se trata de pasar del ego a los horizontes del corazón de Cristo. En términos filosóficos diríamos: pasar de la subjetividad a la objetividad. Es preciso pasar de un mundo que es inevitablemente limitado a los horizontes de Jesús, Corazón del mundo, Rey de las naciones. Esto pide adaptarse a las costumbres de Dios, dice Santo Tomás.

Santa Catalina de Siena, en el siglo XIV, había ya percibido esta necesidad. "Nuestras acciones son limitadas, nuestros deseos son limitados". Precisamente nuestros deseos van a encontrar su expresión en la oración en el bien entendido Padre Nuestro, por los siglos la oración que globaliza todas las más secretas intenciones de las profundidades del ser humano.

Jesús y Margarita no hacen más que comentar el "Padre". "Tu Amor será a la medida de tus deseos ¡ desea con todas tus fuerzas el Reino de Mi Amor en el mundo!"

"¡ Desea Mi Gloria!¡Desea la conversión de los pueblos! Y para todos mis hijos, ¡desea mi paz!" (16 mayo 1966). El 22 de mayo de 1966, Jesús se expresa así: "Cada vez hay menos tiempo para la oración, en la vida humana. La revuelta está latente y se mofan de la autoridad. El mundo necesita un calmante. Calmar no quiere decir curar. Pero la voz de los malos tiene que ser apagada por el grito de amor de los justos".

La historia de los santos en la iglesia, manifiesta que éstos han percibido con lucidez el mal que se llama amargura, venganza, egoísmo, lujuria, mentira, etc. El grito de amor, es el de Santo Domingo delante del crucifijo, su oración nocturna: "¿Qué llegarán a ser los pecadores?" Jesús no vacila en decirle a Margarita: "Ah ¡los pecados del mundo me hacen sufrir mucho mas que tú, mi pobre niña!".
La oración puede tomar diversas formas; hoy día se habla mucho de conversión. Tal es el mensaje esencial de Jesús "conviértanse, conviértanse pues el reino de Dios está cerca". Jesús agrega (5 diciembre 1967) "en reparación de los ultrajes que ofenden gravemente Mi Divino Corazón y el Corazón Dolorido e Inmaculado de María". Yo no estoy seguro si el llamado a la reparación sea entendido en nuestros días, pues esta palabra recupera términos eliminados desde hace tiempo del vocabulario cristiano; sacrificio, esfuerzo, ascetismo. Paradojalmente no hay vida cristiana sin la cruz, no hay mística sin el ascetismo, esto no siendo mas que la disciplina que permite tener acceso al dominio de sí. La liturgia gregoriana pide, por ejemplo, un ascetismo que libera todas las virtudes del alma, que puede, entonces, alabar al Señor. La queja monástica expresa la alegría retenida, la alegría extática de la Pascua de la Resurrección como los duelos y los sufrimientos más conmovedores.

Yo he tomado el ejemplo del asceta para llegar a la perfección de la música, la más sublime de la iglesia. Pero toda conversión exige, dejar lo que perece, la vanidad de las vanidades, para unirse a Dios cuyo amor es eterno. La conversión es el signo del Amor: volverse para siempre hacia aquel que es amor. La conversión cambia a los individuos; por contagio, cambia al mundo. "Sólo el amor tiene el poder de vencerme". Yo he dicho a los que están encargados de las almas "sed santos y la multitud será santa". En Compostela, en 1989, Juan Pablo II ha lanzado este llamado a la santidad a más de 700.000 jóvenes. La santidad es la unión con Dios "Tú sólo eres Santo" dice el Gloria. La unión puede definirse: "un solo corazón en una sala alma". Nosotros volvemos a encontrar las Palabras de Dios en la antigua alianza: "Yo te desposaré en la alegría".
Podemos afirmar por lo tanto que este deseo de la unión con Dios, no hace más que responder a este deseo fundamental del hombre. Necesidad metafísica: el hombre es "un ser capaz de Dios", dice San Agustín. Jesús en lo alto de la cruz dice: "Tengo sed". Jesús le confía a Margarita su deseo de ser amado por el hombre: "Dile a los pobres pecadores mi sed de amar y perdonar" (10 junio 1966). La mejor manera de amar a Dios es la oración de petición y más particularmente de conversión, de abandono, de alabanza, de intercesión, todas desembocan en la unión a Dios prometida por Jesús: "Yo les he hecho conocer Tu nombre y Yo les haré conocer porque el Amor con el que Tú me has amado, está en ellos y Yo en ellos" (Jn. XVII, 26).
"Lo que tú crees que eres no tiene ninguna importancia, es el Espíritu quien habla en ti y éste es una certeza... tú no eres capaz de pensamientos tan elevados como los que Yo te inspiro.""Ves a los hombres, como se agitan vanamente. Ellos son como marionetas, a las cuales un diablo les tira las cuerdas. El materialismo se apodera de todos, incluyendo aún de mis elegidos. Hay cada día menos lugar para la oración en la vida humana".

Recordemos estos dos textos y hagámonos la pregunta: ¿ Cuál es el lugar que el hombre contemporáneo dá a la oración?
El hombre de las grandes ciudades industriales no conoce ya el silencio, condición previa para la oración, que es una atención para Dios. A lo largo de su vida está en el ruido, muchos se quejan de stress, es decir persecuciones que atentan su psiquis. En la tarde, vueltos al hogar, la televisión los invade con imágenes de furor y de ruido diría Shakespeare. Lamentamos que muchos sacerdotes, religiosos y religiosas se dejan invadir por estas imágenes (yo no condeno la televisión; nos hace saber cosas. Ciertamente películas y documentales son de toda belleza). como otros sucumben al activismo. Tentación peligrosa en una época donde el número de sacerdotes disminuye. Un religioso, un sacerdote que no rezara, estaría rápidamente en vías de perdición. Pero un bautizado, un laico que se aparta de la práctica de la celebración eucarística semanal, llega a ser rápidamente un ignorante, un creyente vago, con la creencia a menudo desvanesciente.

El mensaje nos recuerda la necesidad y la definición de la oración: Ella es docilidad en el Espíritu Santo, en el alma del bautizado, es la expresión de lo que Santo Tomás llama "la Ley interior del Espíritu Santo. La oración no es mas que una elevación del alma hacia Dios. Cuando un niño bautizado no ha sido educado en la oración, hay rechazo de la trascendencia de Dios, pues, precisamente el hombre, que es creado a la imagen de Dios, no puede encontrar mas que en Dios, su verdadera felicidad. El niño y el hombre están frustrados, como Margarita escribe con toda razón a propósito del conocimiento amoroso de Dios "mientras más se le adivina, más se le ama, más se quiere amarle".

A su manera Margarita une los textos mayores de San Pablo sobre el Espíritu Santo que gime en nosotros: "El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, pues no sabemos orar como es debido; pero el Espíritu Santo, Él mismo intercede por nosotros con gemidos imborrables y Aquel que sondea los corazones sabe cual es el deseo del Espíritu y que su intercesión con los santos corresponde a los deseos de Dios" (ROM. VIII, 26-27). Se puede aún citar esta otra experiencia del apóstol "No entristezcas el Espíritu que habla en ti por tu indiferencia. Estad por el contrario amorosamente y santamente unidos a Él".

El Señor le pide orar por los demás, tal es la oración de petición: "Mi hija amada, orando por los demás, es por ti por quien oras. El bien que tú le haces, es a ti a quien lo haces". Aplicación inédita del misterio de la comunión de los santos, dogma de nuestro Credo. La oración de petición tiene un efecto de boomerang. Lo mismo que el amor se prueba amando, deseando el bien del otro, asimismo la oración de petición por el prójimo se derrama por quien ora. ¿Cuál es la razón? De una manera fundamental deseando para otro el bien de Dios, nosotros unimos los deseos fundamentales de Dios sobre el hombre.(Santo Tomás IIA, IIAC, Q. 25 AM.)

Jesús pide orar por las almas del purgatorio: "Los otros serán purificados según el grado e sus falta".Llamado importante en una época donde la fe en el purgatorio corre el peligro de esfumarse.
También Él le pide a Margarita pasar por la intercesión de María, Su Madre: "Ora, ora, a Mi Santa Madre".(habrá un capítulo sobre la Virgen María).

"Yo concedo siempre a la humilde oración de los corazones confiados" las cualidades eminentes de toda gestión religiosa en el cristianismo están ya formuladas en San Pablo: la caridad y la humildad.




CAPÍTULO IX

La Virtud de la Prudencia

El hombre es un animal de acción, decía Lyautey, quien había hecho grabar en el engaste de su anillo esta divisa del poeta inglés Shelley "La alegría del alma está en la acción". De hecho la vida humana es una serie de actos. Unos son inspirados por la pasión, otros por el instinto; otros provienen del pensamiento, otros de la voluntad, de la afectividad, del amor.

Entre las virtudes que dirigen la conducta del hombre está la prudencia. Ella ordena la acción. Es por excelencia la virtud del jefe. Asociada al don de consejo, don del Espíritu Santo, ella permite al hombre dirigir su acción hacia el bien; en definitiva, su felicidad o aún el bien común de su familia, de la empresa, de la ciudad, etc.

Jesús se hace pedagogo frente a Margarita; Él recuerda esta virtud de la prudencia. Muy a menudo, el hombre prudente es aquel que no se atreve a aventurarse a tomar responsabilidades. Es alguien que espera, un oportunista que pasa difícilmente a la acción. La prudencia, virtud cardinal, es la que humanamente comandada por la razón, la encamina hacia su bien; y cuando empleamos la palabra virtud, designamos una fuerza, un poder arraigado en el hombre, que le da progresivamente una facilidad para realizar su tarea. No se llega a ser abogado ni albañil ni buena cocinera de un día a otro; es lo mismo en materia de moral. Esta moral existe en la antigüedad; el hombre virtuoso ha podido suscitar la admiración de los paganos. Hay toda una moral en Cicerón como en Séneca. El héroe existe en la antigüedad, pero no el santo: el hombre no puede, en efecto, realizarse plenamente sino con la ayuda de la Gracia "difundida en nosotros por el Espíritu Santo". (Rom. V, 5). Pues el hombre, de una manera fundamental, es un ser herido por el pecado original. Él es incapaz, por sí mismo, de llegar a la perfección, y sin embargo, Jesús ha dado este precepto: "Sed perfectos como vuestro Padre Celestial es perfecto".

Jesús da los medios para autorealizarse en el interior, sin presión exterior: "Desde hace tiempo, Yo modelo tu pequeña alma". Es interesante conocer el juicio del Señor sobre la acción de los hombres, pues muy a menudo el hombre de este fin del siglo XX no distingue entre el bien y el mal.

16 septiembre 1966 "los bienes que se sacan de una acción, no llevan siempre a los hombres a la comprensión".
La verdad ofusca, a veces, a ciertas almas poco avanzadas en la virtud y en la abnegación.
Los hombres ignoran la alegría y la belleza de una vida llena de amor y de luz, por eso se complacen en su vida miserable.
A la hora de la muerte, echan una mirada atrás sobre ellos mismos. De manera inexorable, aparece la vanidad de lo que hacía su felicidad sobre la tierra".

"Vanidad de vanidades" había dicho Qohélet, el sabio del Antiguo Testamento, "vanidad de vanidades, todo es vanidad".Vemos que poca es la gente modesta, humilde; los hay, sin embargo, en todos los dominios y en todas las profesiones. Sabemos igualmente que la carrera hacia los honores es de todos los tiempos. La ambición de los hombres es tener para aparentar; tal hombre valdrá tantos dólares. ¡Cuántas tragedias se suscitan por el dinero! Pascal estigmatizaba lo que en el siglo XVII se llamaba "la diversión".

Pero la gran verdad es que el hombre, habiendo sido creado a la imagen de Dios, es libre. Dios es Amor; en el hombre encontramos un poder de elección, él puede conducir su vida. Ciertamente hoy en día el camino para maniobrar es estrecho, de tal manera que el ser humano está condicionado por la sociedad; tal familia, tal clase social, tal nación, tal raza. Esto es de todos los tiempos, pero hoy dia las masas medias organizan una opinión común, banalizan el bien como el mal, les dan un rostro nuevo, de manera que la línea de separación entre el bien y el mal se escribe, a menudo, en la conciencia del hombre, en puntilleo, de una manera muy vaga. Inversión total de los valores e injusticia, son moneda corriente. La sociedad es mas culpable que la víctima. El coeficiente de la responsabilidad humana se distiende más y más.

"Ustedes serán juzgados por el mal cometido y recompensados por el bien adquirido. Reflexionen y arrepiéntanse".

La prudencia consiste en reflexionar sobre el alcance de sus actos y de ordenarlos en un profundo y último análisis hacia Dios. "Toda obra comenzada ve su término". Esta palabra de Jesús puede traducirse por el adagio escolástico: "Prima intentio, executio fines". La intención ordena la ejecución final de nuestros actos.

Es un largo aprendizaje saber dirigirse uno mismo, sobre todo cuando el bien es a menudo arduo, difícil de adquirir."Yo te digo, en verdad, el mundo es libre de recibir a Dios o de rechazarlo; él llevará en sus hombros las consecuencias de su elección" ¿Cómo actuar en el transcurso de nuestros días? "Debes estar siempre atento a la inspiración, pues ella no te abandona". He aquí el secreto del cristiano: el Espíritu Santo con su don de consejo, permite a la inteligencia seguir el buen camino. Jesús lo afirma a Margarita "Yo no soy un Dios de temor, sino un Dios de crecimiento en la luz de tu acatamiento a mis inspiraciones". "Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia", había dicho Jesús (Jn. X, 10).
Es importante descubrir la importancia de nuestras acciones: "nuestros actos nos siguen" escribía el novelista Paul Bourget. En definitiva, el valor de nuestros actos depende de nuestra intención primera.

Pongamos, sin embargo, atención. No pensemos que la moral de la intención lleva agua al molino de la subjetividad contemporánea. La libertad, para aquel que se libera de todos los tabúes, incluido el de Dios, sucumbe a sus propias determinaciones inconscientes; él se aliena a sí mismo rechazando "esa parte de sí mismo que es la trascendencia" dice Malraux. Tenemos naturalmente (la ley natural) esta capacidad de no estar nunca obligados sin nuestro consentimiento... Tal es la dignidad radical del hombre, su grandeza que nos recuerda Juan Pablo II en sus numerosos discursos.





CAPÍTULO X

La Virtud de la Fortaleza


"Yo mido mis exigencias a la medida de la debilidad humana. A los que Yo pido más, Yo les doy más fuerza y coraje". Así se dirige Jesús a Margarita. Reconocemos en esta palabra una de las paradojas evangélicas en la línea de las Beatitudes. Nos acercamos a San Pablo: "Si es preciso glorificarse, me glorificaré de mis debilidades" (II Cor. XI, 30).

Jesús habla de "exigencias" es una prueba del amor que lleva a los que se comprometen en el camino de la santidad, que Él propone a la Legión de las Almas Pequeñas. Humanamente, cuando un marido, ya no tiene exigencias con su esposa y que ésta no tiene exigencias hacia su marido, a menudo, está hecha la prueba, que no está lejos la indiferencia, y, en nuestros días, separación y divorcio. En su encíclica "Redemptor Hominis", Juan Pablo II habla de este temible amor con el cual somos amados por Dios. El amor de Dios es gratuito; concierne a cada persona humana puesto que es universal. Platón había dicho ya en el siglo V antes de J.C. que "el hombre va hacia Dios con todo su ser". En la perspectiva cristiana esto significa que el hombre entero está destinado a orientarse hacia Dios. Se comprende que ante estas temibles exigencias, el hombre se sienta débil, vulnerable, pecador.

"El espíritu está pronto, pero la carne es débil" dice Jesús. Cuando se trata de analizar las causas de esta debilidad congénita, uno se da cuenta que la voluntad le falta al cristiano o aún el coraje de actuar, lo que se llamaba ayer, el carácter, en una palabra, la virtud de la fortaleza. Lo que es a menudo deficiente en los que tienen la autoridad, ya sea padres, autoridades políticas o religiosas, es precisamente esta virtud de fuerza. Un gran jefe político la definió un día: "saber decir no". Definición ciertamente incompleta, pero muchos cristianos en la sociedad permisiva no reaccionan sea ante una corrupción de las costumbres que se muestran, por ejemplo, en la televisión. Hombres políticos se dejan tentar por el dinero, etc.

"El precipicio se abre completamente bajo sus pies. Ellos no se dan cuenta" dice Jesús. "Bajo pretexto de bien, ellos abandonan a su Dios. Ellos relegan lo que les daba su fuerza, no tienen tiempo ya para consagrarlo a la oración, pues el mundo y lo que es del mundo los acapara. Corren a su perdición.

En el dominio de la salud física, un malestar se introduce en el organismo, inquieta al paciente, el médico hace un diagnóstico y prescribe un tratamiento.. En el dominio moral y espiritual,, escasos son los que se dan cuenta a tiempo de sus deficiencias. "Bajo pretexto de actuar bien, abandonan a Dios". Cuantos militantes, cristianos, religiosos, religiosas, sacerdotes, sobrecargados a menudo de ocupaciones, más o menos conscientemente han dejado el tiempo para la oración; se han dejado tomar en la tarde por la televisión, o aún por reuniones no preparadas... La oración silenciosa, íntima, junto al Señor, desaparece. Enseguida los consagrados después del oficio de la Misa diaria, han llegado a ser funcionarios sin alma de una nomenclatura eclesiástica. El mundo los ha acaparado. La ideología social comunista por una falta de discernimiento, ha reemplazado la misión de hacer avanzar el Reino de Dios.

"Quien se atreverá a ir contra el Mundo" dice Jesús. El cristiano de nuestros días está en la situación de los cristianos hasta Constantino (313: edicto de Milán), está contra la corriente del espíritu del mundo. La palabra testigo significa mártir. "Yo no creo mas en los testigos que se hacen degollar", dice Pascal.

La virtud de la fortaleza, aumentada por el don de fuerza del Espíritu, es de primera necesidad. Jesús, a menudo, en el evangelio, repite a sus apóstoles: "No teman nada de los que matan el cuerpo, pues no pueden matar el alma; teman mas bien de lo que puedan perder en el infierno a la vez el alma y el cuerpo". Cuando Él camina por la noche junto al lago Tiberíades, Jesús dice a los apóstoles: "Tengan confianza, soy Yo, no tengan miedo" (Mt. XIV, 27). En cada aparición, Jesús disipa la turbación de los apóstoles, de las santas mujeres. En San Marcos: "No se asusten..." etc.

Juan Pablo II en su primer discurso en la plaza de San Pedro, ha vuelto a tomar esta advertencia de Jesús "No tengan miedo, dejen sus corazones, sus espíritus, sus culturas invadirse por Cristo" y muy ciertamente la historia dirá que todos los grandes trastornos de Europa, de la U.R.S.S. y del mundo, provienen en parte de este Papa eslavo. ¿No han necesitado fuerza los católicos y cristianos mas allá de la cortina de hierro para resistir al totalitarismo comunista que hizo millones de mártires? Toda la vida cristiana es una lucha contra los poderes del mal: "He combatido hasta el fin del buen combate, he terminado mi carrera, he guardado la fe" (II Tim. IV, 7).

Este buen combate, San pablo lo había recomendado en una carta anterior a su discípulo predilecto, Timoteo: "Que tu combate sea el buen combate" (I Tim. I, 18).

Jesús incita a la esperanza: "En el corazón ulcerado de mis fieles, el espíritu de lucha reemplaza a la amargura.. La Fe se los lleva sobre sus alas, y, a costa de duros sacrificios, dedican su vida entera a la causa de su Dios burlado, para dar testimonio a la verdad de siempre"... (Notemos que esta comunicación data del 7 de marzo de 1969 (Pág. 417 abajo).

¿Cómo se ejerce la virtud de fortaleza?. He aquí la respuesta: "Con sacrificios, oraciones, mortificaciones". El lector, recorriendo el Mensaje, se dará cuenta que a menudo Jesús pide a Margarita pequeños sacrificios; estos pequeños sacrificios son actos de voluntad. En nuestra sociedad contemporánea el esfuerzo es a menudo desterrado, el hombre es a menudo incapaz de cumplirlo. Los diferentes padres maestros de órdenes monásticas y religiosas, o directores de seminarios, me han dicho a menudo, que los jóvenes tenían muchas dificultades porque ellos no habían sido educados desde la infancia a privarse. Vivimos en un mundo, donde reina la facilidad en todos los dominios; calefacción, alimento, falta de sanciones; por otra parte, muchos adolescentes están traumatizados, no habiendo conocido más que disputas violentas, divorcio en su hogar; jamás han sido educados.

Jesús tiene esta palabra muy fuerte: "Quienquiera que seas, no creas jamás conocerte a fondo, pues en todo hombre existe un fondo incontrolable. Para quien no se cuida bien, este fondo, al subir a la superficie bruscamente puede ser cusa de caídas graves". La sicología de las profundidades está explícitamente evocada: nuestras motivaciones de actuar surgen a menudo del subconsciente los impulsos hacen cometer tal o cual acto. Esto por lo demás no es totalmente nuevo: el hombre es a la vez un ser racional y también un ser pasional. Después de Aristóteles, Santo Tomás los analiza en su tratado de las pasiones. El hombre moderno no puede descuidarlos. Las pasiones de la concupiscencia como las de la ira forman parte de la estructura del ser humano.

La concupiscencia es: la atracción por un bien presente. El hombre tiene necesidad de ello para su vida diaria, es la necesidad de beber y de comer que ha convertido al hombre industrioso desde Lascaux hasta los "congelados" de este siglo. El alimento, el placer de la mesa, ocupa un lugar considerable entre nuestros contemporáneos.. "Limitar tanto cuanto sea posible el egoísmo, la sensualidad, el amor de los placeres vanos".

La atracción sexual es más fuerte aún, ha sido puesta en el corazón del hombre para asegurar la reproducción de la especie humana. Surgen del deseo sexual, la afectividad, el amor humano,, la amistad. La necesidad de amar y ser amado es universal.

En el cristianismo muchos son escogidos por Dios, para vivir como Jesús, en la castidad. Saber decir no es a menudo difícil para los padres. La voluntad pues, debe enseñarse a ejercerla desde la más tierna edad. También es muy necesario saber presentar el bien. Muy a menudo los padres proponen una recompensa material, lo que es un error; el niño o el adolescente entra entonces de lleno en una civilización del tener, una sociedad de consumo. Los padres deben dar testimonio de su alegría: que una vida austera, mortificada, con sus constantes renuncias por amor a Dios y al prójimo les da un gozo puro y permanente que nada ni nadie les puede quitar. Y así, por sus palabras y ejemplo robustecen la fuerza y la generosidad en sus hijos. Jesús dice el 9 de mayo de 1967: "La primera virtud que las almas pequeñas deben practicar es: la generosidad".

Nos proponemos afinar esta virtud de la fuerza, pues nos damos cuenta que, en la vida diaria, el esfuerzo de voluntad se ejerce igualmente en soportar el mal que puede abrumarnos, en el ataque contra este mal.

Soportar.

La dificultad más grande del hombre es la de aceptarse tal cual es." ¿Por qué estoy sobre la tierra? Yo no he pedido nacer". Cuantas veces he escuchado esta queja de gente desdichada, muy a menudo durante la guerra o en cautiverio. Conocemos las lamentaciones de Job: "Job abrió su boca y maldijo el DIA de su nacimiento. Él tomó la palabra y dijo "perezca el DIA que me vio nacer y la noche que anunció: un niño acaba de ser concebido".
¿Por qué no he muerto al salir del seno materno, no he perecido cuando fui concebido? (Job III, 1.2.3-11)

Que él nazca en un barrio obrero de una gran ciudad o en un medio intelectual afortunado, en Europa o en Asia, en África o en América, el hombre está en dependencia inmediata de su entorno ¿Cómo asumir su vida?

La revelación de Dios en Jesucristo, si es verdad que nos revela un aspecto del misterio de Dios, nos enseña igualmente sobre el valor de la condición humana. Aún es preciso que la Palabra de Dios sea anunciada. "La fe viene de la palabra oída". Dice San Pablo. El cristiano guarda un secreto: Dios es Padre Creador. Los santos viven esta realidad. Santa Catalina de Siena escucha a Jesús que le dice "Yo soy el que soy Tú eres la que no es". Margarita ha recibido semejante confidencia "Hija mia, la santidad no consiste en ser, sino en aceptar no ser. Yo sólo santifico y sin Mí, todo esfuerzo es vano". Entre los dones del Espíritu Santo, estoy el de fortaleza "Yo voy y vengo, Yo doy y tomo. Yo elevo y humillo, las humillaciones son necesarias. Yo exalto y lo dejo caer. El alma es aniquilada bajo mis golpes. Y es entonces cuando Yo la conduzco al camino de la santidad y Yo hago míos todos los poderes de su alma".

La humillación es el reconocimiento por el hombre de sus límites, de la salud, de la condición humana; la muerte. Se piensa en esta palabra de la sabiduría antigua en el filosofo griego Aristóteles, del siglo V antes de Jesucristo. El hace dialogar Xerxés: "He sentido piedad pensando en la brevedad de toda vida humana, cuando me he dado cuenta que de aquí a cien años ni un solo individuo de esta multitud estará con vida". La sabiduría griega como el pensamiento de Confucio conoce la pasión, Jesús a atravesado la muerte; Él dice a Margarita: "Es preciso que tú pases por la muerte para encontrar la vida. Ámala, pues es ella quien te hará encontrar la beatitud eterna". Juan Pablo II escribe en su Encíclica "Redemptor Hóminis" "¡Ir a Cristo con sus pecados, su angustia, su vida y su muerte?"
Podemos concluir este primer aspecto de la virtud de la fortaleza diciendo que lo que la caracteriza es el reconocimiento de los límites o aun la conciencia de la dependencia radical de Dios, Padre Creador.

Atacar

Jesús vuelve a tomar la fórmula de San Pablo "Mi pequeña niña, combate el buen combate; Yo seré tu victoria". Jesús es preciso: es necesario llevar el combate al interior de la Iglesia y contra el espíritu del mundo.
En el interior de la Iglesia "no hay que imitar al avestruz que oculta la cabeza para no ver ni ser vista. Es necesario mirar la realidad de frente con energía llevar remedio al mal que no cesa de agrandarse en el seno de Mi Iglesia. El sentido de lo divino se pierde; el modernismo exagerado destruye la vida misma de la gracia en numerosas almas".
Después de lo que hemos dicho en este capítulo sobre la virtud de la fortaleza, comprendemos mejor que el cristiano no debe dejarse invadir por el espíritu del mundo. "Cada dia, dice Jesús, lleva mas pruebas de la degradación del mundo natural. El es lo que él ha querido ser, no lo que Yo había querido que fuese.

La rutina es quizá la amenaza más grande para un cristiano: "Las almas acostumbradas no se comprometen con la gracia" decía Peguy. Jesús precisa a Margarita "Estas páginas de vida deben aparecer para despertar las conciencias adormecidas". "El buen combate, hija mía, es aquel que eleva el alma fuera de sí misma. Hay siempre que combatir y vencer".

La lucha ascética es la que el hombre libra contra sus tendencias pecaminosas. "Toda falta debe llevar con ella su enmienda". Nosotros lo sabemos, desde la proclamación de la buena nueva por Jesús. San Pablo vuelve constantemente sobre este combate. El mismo Jesús, médico de almas da la gracia que cura y permite entrar en el Reino de Dios. "Aprende de Mí pequeña alma, que si tú lo quieres, la fatiga se cambia en fuerza, el egoísmo en generosidad, el amor propio y el respeto humano en heroísmo, el abandono en el oro puro del amor divino... La santa humildad, armadura de los débiles en esta de los fuertes contra la cual nadie puede nada.".
Cuando se mira el rostro de Santa Teresa de Jesús, su boca firme, su mentón enérgico, se dá uno cuenta enseguida que tenía una voluntad de hierro. La virtud y el don de la fortaleza la acompañaron durante su corta vida. Nunca ella rechazó nada de las exigencias del amor de Dios. "Yo no me arrepiento de haberme entregado al Amor. Ella muere en un éxtasis de amor."
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CAPÍTULO XI

La Virtud de la Templanza


Esta virtud, la templanza, que modera los instintos, los impulsos, las pasiones del hombre tienen su importancia en el Mensaje; ella lo sostiene. No olvidemos que Margarita es viuda, que ha tenido tres hijos.

Veremos que Jesús le describe el mundo de permisividad moral que es el nuestro en occidente. Enseguida diremos lo que debe ser la castidad. Hablaremos enseguida de la pequeñez o de la humildad que Santo Tomás une a la virtud de la templanza (Iia Iiae, Q.151).

Es necesario que el cristiano dé una mirada lúcida sobre el mundo, en esta mutación de la civilización de los albores del siglo XXI; el optimismo sería ridículo y el pesimismo nefasto La lucidez de la mirada es ver el mundo con realismo en su belleza; las técnicas nuevas ahorran los esfuerzos, los sufrimientos humanos. Pero es igualmente cierto que los progresos en biología genética (la píldora) han introducido un cambio en las relaciones de los jóvenes entre ellos: concubinato, que se llama púdicamente cohabitación juvenil... En el interior dela pareja, el número de hijos se restringe, en los países islámicos, aumenta: hay un terrible problema en los viejos países cristianos, donde la impudicia, el vicio, se extienden por todas partes y penetran en el interior de ls hogares a través de la radio y por la pantalla del televisor.

Es preciso llamar a las realidades por su nombre. La lujuria consiste precisamente en violar el orden querido por Dios, para la conservación del género humano: es un desorden que es pecado. Por lo demás, no ignoramos que la imaginación se nutre de fantasmas que desajustan en el hombre lo que Jacques Maritain llamaba la castidad de la inteligencia. ¿Quién se preocupa, por ejemplo, de las numerosas agencias de publicidad? El niño, y el adolescente son mas sensibles que el hombre maduro, pero cuántos hombres y mujeres casados continuan teniendo una imaginación malsana.

"La saciedad de los placeres vanos lleva siempre a un relajamiento de éstos. En este momento (1968) los hombres son como corceles a quienes se les ha soltado la rienda y que se precipitan, baja la cabeza, hacia lo que es para ellos el summun de la alegría. Por el mismo exceso de ésta, conocerán el hambre espiritual que no está en este momento mas que en su subconsciente. Las alegrías profanas no pueden satisfacerle. También muchos volverán hacia aquello para lo cual ellos han nacido. Pero, cuántos perderán la vida porque, demasiado cobardes para luchar, prefieren sepultarse en sus fauces.

1968 ha sido un momento en la historia de las civilizaciones donde todas las estructuras de la sociedad han estado a punto de explotar. Muchos clérigos en la iglesia han sido llevados en una corriente devastadora; numerosos sacerdotes, religiosos, religiosas, han dejado el sacerdocio, la vida religiosa. "Todo sarmiento que no de fruto, Él, Dios, lo saca "(Jn. XV, 2).

La generación de los 25 años (1990) es diferente a la de 1968. El veredicto del Señor es constatación de esta realidad. "El mundo acapara lo que es del mundo y rechaza lo que viene del cielo. Bajo la belleza de las personas se oculta a menudo la podredumbre de sus almas. La gangrena sana difícilmente. A menos que haya una conversión súbita, se necesitan largas etapas para que el hombre salga de una vida de pecado; el padre de Foucauld es un ejemplo comprobante.

Vida animal, vida sin Dios. Es a ese nivel que se pone el hombre para quien Dios no existe. Cuando el hombre no domina sus pasiones, se deja invadir por ellas; es la borrachera, el erotismo que invade el cine, numerosas revistas, libros. Las costumbres de los países civilizados llegan a ser las de la decadencia del imperio romano. Si tu vieras como Yo el desenfado de los corazones, la llaga del pecado que se extiende sobre el mundo de las almas. Y Yo los llamo a todos, ellos no escuchan, están ciegos y sordos.

Los jóvenes de todas las épocas tienen constantes invariables, una cierta ligereza de ser. Pero se constata un despertar religioso indesmentible y una renovación espiritual considerable en la juventud y en los hogares jóvenes. Me basta citar en Francia los grandes lugares de Paray le Monial, Lourdes, Taizé, sin olvidar Compostela donde 500.000 jóvenes de Europa occidental han escuchado el llamado a la santidad, de Juan Pablo II. En cada época, uno se da cuenta que un pequeño resto subsiste como en el pueblo de Israel.











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